Barcelona casi siempre ha recibido la visita de personajes mundialmente importantes procedentes de todos los ámbitos y disciplinas. Ello otorga prestigio y contribuye a proyectar una buena imagen al exterior, además de promocionarla como lugar de interés. Sin embargo, un caso por desgracia muy fugaz, en realidad demasiado, fue el de la estrella hollywoodiense Elizabeth Taylor, que tan solo pisó la ciudad para cambiar de medio de transporte y subir al yate que la esperaba para iniciar inmediatamente su luna de miel por el Mediterráneo.
Esta breve historia se inició el 12 de mayo de 1959 cuando la actriz Elizabeth Taylor (1932-2011) contrajo matrimonio en Las Vegas con el cantante Eddie Fisher (1928-2010) por decirlo de algún modo "a toda prisa". La pareja se conoció cuando ella solo hacía seis meses que había enviudado de Mike Todd, su tercer marido, fallecido en accidente aéreo. De aquél truncado matrimonio (de 1957 a 1958) tuvieron una hija. Liz había estado casada con Conrad Nicholas Hilton con quien duró solamente nueve meses (de 1950 a 1951) y luego con Michael Wilding (de 1951 a 1957) con quien tuvo dos hijos. Eddie Fisher estaba casado con la actriz Debbie Reynolds, famosa por compartir protagonismo junto a Gene Kelly en el film "Cantando bajo la lluvia" (1952). Su relación con Liz fue inicialmente amistosa, pues él había sido un gran amigo del malogrado Mike Todd, pero enseguida terminó prendado de ella y decidió abandonar a su mujer. Por ese motivo el caso se convirtió en uno de los escándalos más sonados de la época, portada de la prensa rosa norteamericana. Desde entonces Elizabeth Taylor se ganó la fama de roba-maridos, incluso algunos periodistas rumorearon que ello le costó el Oscar por su interpretación en "La casa sobre el tejado de zinc" (1958).
Procedentes de Nueva York y tras un largo vuelo en un avión de la compañía Pan American World Airways la pareja de recién casados llegó a las 9:40h. de la mañana del sábado 16 de mayo al aeropuerto del Prat. Numerosos fotógrafos y periodistas de distintos países, así como representantes de la radio y la televisión española esperaban en la pista para hacer fotografías y entrevistarlos. Los cronistas del momento anotaron que "Elizabeth Taylor vestía chaqueta de azul y blanco con trama de pata de gallo". La pareja estaba cansada y mostró su disgusto por la expectación que había provocado su llegada, negándose a hacer declaraciones ante los medios de comunicación porque ninguno de los dos quiso dar explicaciones acerca de su vida privada. A cambio aceptaron amablemente posar para los fotógrafos. Tras abandonar el aeropuerto se dirigieron a un automóvil que los esperaba para su traslado directo al puerto de Barcelona, donde seguidamente en el Muelle de España (actual Port Vell) embarcaron en el Olnico, un yate de lujo construido por la firma británica Camper & Nicholson en 1932 a bordo del cual realizarían un crucero por el Mediterráneo. Eddie Fisher manifestó que aquella era la primera vez que pisaba Barcelona, ciudad de la cual aseguró tener excelentes referencias. La pareja, a bordo del yate, continuó posando para sesiones fotográficas, entrando y saliendo continuamente del camarote para exhibirse cada vez con un modelo distinto de vestir y ser así retratados con parte de su variadísimo vestuario. A modo de curiosidad, dicho camarote tenía una cama cuyo diseño imitaba la que Cristóbal Colón dispuso en su primer viaje con la nao Santa María.
A las 12:45h. del mediodía la pareja abandonó el puerto de Barcelona. Fue un paso muy fugaz y casi desapercibido. Se echó en falta una breve visita por parte de ambos a los rincones más típicos de la capital catalana, una recepción del alcalde e incluso que Elizabeth Taylor hubiese ofrecido una rueda de prensa tanto para promover la película "El árbol de la vida" que ella misma protagonizaba y cuyo estreno estaba fechado para el lunes 18 de mayo en los cines Palacio del Cinema y Florida, como para explicar su próximo rodaje en la Costa Brava. Posiblemente todo ello hubiese sido posible de haber emprendido el viaje el día 13, ya que la idea inicial era efectuar una breve visita turística por Madrid y Barcelona antes de embarcar al yate. Sin embargo, un problema técnico de última hora originado por no disponer de los pasaportes en regla alteró los planes, retrasando el vuelo. Madrid la pasaron de largo y Barcelona fue solo un mero intercambiador de transporte porque disponía de un aeropuerto y un puerto internacionales cuya posición geográfica era la más adecuada para iniciar su ruta por el Mediterráneo. Tras zarpar del puerto barcelonés, la noche del domingo 17 de mayo efectuaron escala en S'Agaró, donde pernoctaron en el lujoso hostal de La Gavina. A la mañana siguiente continuaron discretamente su viaje, huyendo de la presión mediática. El yate estaba bien provisto: incluía salón con biblioteca, equipo de música, climatización, cuatro baños y salón de belleza (por supuesto, para la dama). Disponía además de un chef que diariamente preparaba para la pareja un menú variado a base de carnes, pescados, tartas y pasteles.
La actriz regresó a tierras catalanas al poco tiempo, con su marido e hijos. Permaneció del 13 al 28 de agosto del mismo año en la Costa Brava para participar en el rodaje de la película "De repente, el último verano". Basada en una obra teatral de Tennessee Williams, estaba dirigida por Joseph L. Mankiewicz y producida por Columbia Pictures. Los exteriores fueron filmados en Sant Feliu de Guíxols, Sant Antoni de Calonge, las playas de S'Agaró y Pals y por las estrechas calles cercanas a las ruinas del castillo de Begur. En algunas escenas acompañó el actor Julián Ugarte, además de un grupo de figurantes de los municipios circundantes, de edades comprendidas entre los 15 y 20 años. Katharine Hepburn y Montgomery Clift, las otras dos estrellas que completaban el reparto, no acudieron a la Costa Brava sino que rodaron sus correspondientes escenas en unos estudios ingleses.
La expectación que provocaba la presencia de Elizabeth Taylor y Eddie Fisher en su primer día de playa en S'Agaró, los obligó a marchar inmediatamente hacia su hotel. Incluso como consecuencia del escándalo matrimonial que tanto alboroto produjo, una mujer del pueblo llegó a increpar a la actriz. En ese mismo día, por la tarde, cuando los dos quisieron pasear por el centro de Sant Feliu de Guíxols, finalmente tuvieron que llamar a su chófer para que los llevara de vuelta al hotel. Al igual que en Barcelona, se negaron a ser entrevistados, molestos por cómo los periodistas tanto locales como norteamericanos trataban su vida privada.
Durante su estancia y siempre que el rodaje de la película se lo permitía, hicieron turismo por la zona y solían ir a comer en el bar Frigola de Begur. Conocieron a Xavier Cugat y su esposa Abbe Lane, con quienes fueron a una corrida de toros en la plaza España Brava de Sant Feliu de Guíxols, a cenar en el hostal de La Gavina y hacer una visita turística por Calonge y Pals. Generalmente cuando Liz rodaba, su marido hacía de "canguro" de sus hijos en el hotel Cap sa Sal de Begur, donde se hospedaban. Testigos de la época aseguran que Joseph L. Mankiewicz, a pesar de ser un hombre duro y con carácter fuerte en su trabajo, el trato personal era muy cordial, y que Elizabeth Taylor era en realidad una persona muy asequible que no tuvo inconveniente alguno en firmar autógrafos fuera de sus horas de trabajo.
El 28 de agosto de aquél 1959 tomaron un avión con destino a Londres. Los medios de comunicación tanto españoles como internacionales hicieron sus correspondientes reportajes, si bien no fueron de gran envergadura debido al secretismo impuesto por Columbia Pictures.
La película se estrenó en España veinte años más tarde (el 7 de diciembre de 1979) por culpa de los prejuicios de los censores que, sin todavía haberla visto, promovieron una campaña contra la cinta en base a una (presunta) mala imagen que se ofrecía de España. Además, temas como la homosexualidad y el canibalismo que se trataban en el film fueron objeto directo de la censura.
Elizabeth Taylor y Eddie Fisher estuvieron casados hasta el año 1964 en que se divorciaron. La próxima pareja de la actriz, la más duradera, fue el actor Richard Burton. Ambos jamás regresaron a Cataluña. Ella sin embargo volvió a pisar España en 1973 con motivo del Festival de Cine de San Sebastián, en 1986 en un viaje por la Costa del Sol acompañado del actor Gerorge Hamilton y en 1992 lo hizo para recibir el premio Príncipe de Asturias de la Concordia en Oviedo por su lucha contra el SIDA.
Fotos: Archivo RTVE-Filmoteca Española, Arxiu Diari de Girona, Diario de Barcelona, Josep Carreras, Picture-Alliance DPA.
Yo tenía unos tíos que vivían en Pals y recuerdo muy bien la expectación que despertó la actriz y la manía que se le tenía por aquello de robar maridos, también que la gente de por allí veía muy mal que el marido fuese quin cuidaba -y peinaba, recuerdo que me contó mi prima- a los niños. Qué tiempos...
ResponderEliminarRicard, no es "La casa sobre el tejado de cinc". Es "La gata sobre el tejado de cinc caliente", al menys aquest era el titol de l'obra teatral de Tennesse Williams en que es basa la pel.licula.
ResponderEliminarGenial en Paul Newman.
(JOSCAR)
Moltes gràcies Júlia per la teva aportació i JOSCAR pel teu aclariment.
ResponderEliminarPer la referencia a "Cantando bajo la lluvia" i a la Debbie Reynolds: Entre aquesta i la Cyd Charisse, no hi havia color...
ResponderEliminarFins demá, mestre.
JOSCAR
Buenos días.
ResponderEliminarUn buen trabajo informativo y gráfico.
Muchas gracias. Un saludo.
Vicenç
Muchas gracias Vicenç. Un cordial saludo.
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