Estas imágenes hablan por sí solas. La crisis económica es también una crisis política, medioambiental y de valores humanos. Ante la indignación social que produce la situación que vive nuestro planeta, y ante la voluntad de revuelta para conseguir un mundo mejor, no se entiende la falta de apoyo de determinados sectores que anteponen el autoritarismo a la rebeldía, esta vez sobradamente justificada.
Ante tal indignación, se podrían escribir muchísimas cosas, tantas que ni siquiera las voy a exponer. Por una vez me voy a callar porque mis sentimientos de repugna hacia una clase dominante que no se quiere bajar del burro y no toma conciencia que el mundo tal y como hoy día está planteado no puede seguir funcionando porque se trata de un modelo agotado, son infinitos.
Señoras y señores, expongan ustedes libremente vuestras opiniones sin límites en el presente blog. Todas y cada una de ellas serán bienvenidas.
Saludos cordiales y disfruten, perdón, digo indígnense de este vídeo.
Como reza un sabio y añejo proverbio indio, "Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado y el último pez atrapado, te darás cuenta de que no puedes comer dinero".
ResponderEliminarSupina ignorancia, supina codicia, supina insensibilidad, supino miedo, supino fascismo.
Un abrazo, Ricard.
La indignación pacífica es un sentimiento aceptable y si me apuran razonable, en estos tiempos marcados por el rancio conservadurismo que nos acecha. Tenemos que aprender a protestar con la palabra y condenar los excesos que produce el capitalismo en la atmósfera, las costas, el planeta Tierra... Sólo la conciencia clara de que este modelo nos conduce al precipicio más absoluto y, por tanto, a la autodestrucción, nos salvará de perecer como especie.Juan Antonio Peinado
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