domingo, 13 de marzo de 2011

Algunos tópicos anticatalanes

Harto, mejor dicho, hasta los huevos (hablando claro con perdón) de las barbaridades, mentiras, gilipolleces e injurias que pululan por diversos foros y blogs de Internet, así como también por determinadas emisoras de radio y canales de televisión, me apetece de una vez por todas contestar y demostrar la falsedad de todos los comentarios que tradicionalmente se dicen contra Cataluña por parte de los sectores anticatalanistas, cuyo objetivo es crear en buena parte de España a un enemigo común: el pueblo catalán.
Contestando a quienes padecen de catalanofobia y a quienes (incluso de buena fe) se han creído las palabras de mal agüero contra los catalanes, a continuación tengo el gusto y el placer de exponer al público la mayoría de tópicos que se cuentan contra Cataluña, con el fin de desmitificar y dar a conocer un poco más la realidad de nuestra tierra, que nada tiene que ver con lo que cuentan incendiarios, políticos y medios de comunicación. Pónganse cómodos anta la pantalla de vuestro ordenador y disfruten de un viaje alucinante.
Mito. Cataluña tiene una deuda histórica con el resto de España porque durante el franquismo mientras los catalanes vivían muy bien otras regiones padecieron la miseria.
Respuesta. Jamás ha existido esta deuda histórica, que solo ha sido infundada por sectores anticatalanistas cuyo victimismo es alegar que Cataluña se enriquece a costa de robar al resto de España. Si bien es cierto que durante el llamado Desarrollismo Cataluña vio incrementar su economía y bienestar, la urbanización masiva e indiscriminada de la periferia y del extrarradio generó nuevas barriadas con viviendas de baja calidad y espacios carentes de equipamientos sociales, sanitarios, educativos, culturales y zonas verdes. Basta conocer, por ejemplo, la historia del distrito barcelonés de Nou Barris durante la década de 1960 y 1970 para comprobar cómo se vivía. Y así podríamos exponer ejemplos de ciudades medianas del extrarradio barcelonés e incluso pueblos de la Cataluña profunda rurales o semirurales faltados de infraestructuras básicas.
Mito. En Cataluña no se puede hablar ni escribir en castellano.
Respuesta. En Cataluña se puede hablar, leer y escribir perfectamente y tranquilamente en castellano, como lo hacen los más de tres millones de habitantes que tienen dicha lengua como materna y la usan regularmente. La censura y las amonestaciones solo están en manos de una minoría radical, pues la convivencia por las calles entre catalanohablantes y castellanohablantes es buena y armoniosa.
Mito. En Cataluña no hay presencia del castellano.
Respuesta. A pesar de que en la administración pública y en la enseñanza la única lengua vehicular establecida es el catalán, la lengua castellana se encuentra muy presente en establecimientos comerciales y alimentarios, en el mundo empresarial, en el cine, en la radio, la prensa y en la televisión, entre otros ámbitos.
Mito. Cataluña se ha convertido en tierra de prohibiciones.
Respuesta. En Cataluña existen tantas o más libertades que en el resto de comunidades autónomas españolas, las cuales a su vez tiene también sus propias normas, restricciones y prohibiciones. Si bien es cierto que se han prohibido las corridas de toros, por tierras catalanas se pueden encontrar y adquirir la gran mayoría de referencias de carácter puramente españolas, sin vetos. Referente a la tauromaquia, es mucha la gente de Cataluña que se ha mostrado contraria por el tema del maltrato animal, y no por un debate identitario.
Mito. En Cataluña todo se puede criticar, menos al nacionalismo.
Respuesta. El mero hecho de que en Cataluña a través de los diversos medios de comunicación como son la prensa, la radio, la televisión e Internet lleguen voces de personas críticas al nacionalismo catalán, sea a través de una emisora de radio, de un canal de televisión, de un periódico o de una página web o bien un blog, demuestra la falsedad de este tópico. Ninguno de estos medios ha sido jamás cortado o censurado.
Mito. En Cataluña no hay libertad de expresión.
Respuesta. La falsedad de esta afirmación lo demuestra que en Cataluña, además de medios de comunicación catalanistas, los hay de todas clases. Periódicos como ABC, La Razón y El Mundo se pueden adquirir en los quioscos de prensa. Canales de televisión como Intereconomía se pueden sintonizar sin problemas y emisoras de radio como la COPE se pueden escuchar. Ello demuestra que la información que llega en Cataluña es plural y variada, sin censura alguna. En cambio, en otras comunidades autónomas no existe tanta pluralidad informativa como la nuestra, de ahí que los tópicos anticatalanistas resulten más fáciles de cuajar.
Mito. Los catalanes son insolidarios.
Respuesta. Cataluña siempre ha sido solidaria con el resto de España desde un punto de vista económico y social. Nuestra tierra es de las que más da a las regiones menos desfavorecidas para su desarrollo. Y desde un punto de vista social, nada más recordar que cuando se produjo el desgraciado atentado terrorista del 11M, fueron muchos los catalanes que viajaron a Madrid a solidarizarse y a rescatar víctimas.
Mito. En Cataluña no hay presencia de banderas españolas.
Respuesta. A pesar de que algunos ayuntamientos han retirado la bandera española, esta ondea en la gran mayoría de edificios administrativos e institucionales de Cataluña, tal y como se puede apreciar quien haga una visita turística por nuestra tierra. Además, basta ver cómo quedaron de engalanados con rojigualdas muchos balcones de la ciudad cuando la selección española de fútbol, la “roja”, ganó el mundial.
Mito. Los catalanes son agarrados, tacaños y rateros.
Respuesta. A pesar de que hay personas que cumplen con el tópico, el pueblo catalán es de los que más da, lo que sucede es que el talante de su gente no es despilfarrador. Un catalán, una vez, siempre te invitará a todo como muestra de su hospitalidad, pero a diferencia de otros, no lo hará cada día con la misma persona y por costumbre, porque no le gusta despilfarrar. Es decir, a la mayoría de catalanes les gusta dar la mano pero que no les cojan el brazo. Además, la tacañería no es propia de una etnia o cultura, sino una particularidad potencialmente adquirible de cualquier civilización mundial.
Mito. Los catalanes son cerrados y excluyentes a otras lenguas y culturas que no sean la suya y no se abren a la diversidad y al enriquecimiento que ello conlleva.
Respuesta. Posiblemente este tópico venga a raíz de la inmersión lingüística y de la imagen ofrecida por los gobiernos nacionalistas. Sin embargo, nacionalista en mayor o menor grado, la mayoría del pueblo catalán es abierto y receptivo a otras lenguas y culturas. Prueba de ello es los siglos que hace con los que se convive con la lengua castellana, y los años que hace con los que convive con las manifestaciones culturales españolas y extranjeras. Y todo ello se hace con absoluta normalidad, salvo pequeñas excepciones minoritarias. Cataluña es hoy día la región española más internacional y cosmopolita, y por consiguiente la más conocida en el mundo entero, y eso no sería posible con una actitud cerrada y excluyente. Cataluña tiene también fuertes relaciones económicas (comerciales, turísticas y empresariales) con el extranjero. Y los catalanes son los que más viajan de toda España, lo que demuestra que su gente conoce mundo más allá de las fronteras catalanas e incluso rompe un poco con el tópico de que los nacionalismos se curan viajando.
Mito. La política de inmigración en Cataluña, en vez de basarla en ayudas sociales, centra todo su presupuesto a obligar a que los inmigrantes aprendan el catalán y se conviertan al nacionalismo como una forma de integración.
Respuesta. Esa es una de las grandes mentiras anticatalanistas. Los presupuestos de las políticas de inmigración se centran hacia las personas, y ello lo demuestra que la inmigración residente en Cataluña es la que más ayudas sociales recibe y la que tiene más y mejor calidad de vida con respecto a otras comunidades autónomas españolas. Todos los territorios (y no solo Cataluña) exigen una integración de los inmigrantes para facilitar la convivencia. En cuento a tema lingüístico, la mayoría de la población extranjera habla y entiende mejor el castellano que el catalán.
Mito. Cataluña prefiere a la inmigración marroquí antes que a los latinoamericanos porque estos son castellanohablantes y contribuyen a castellanizar Cataluña.
Respuesta. Cataluña tiene un porcentaje de inmigrantes mayoritariamente latinoamericanos que desde hace años conviven con el pueblo catalán, incluso contrayendo matrimonio. Si tan marginados y excluidos estuviesen, no serían mayoría. Tampoco es cierto que los latinos se resignen a aprender el catalán porque hablen castellano.
Mito. Cataluña es más rica y próspera que otras regiones porque se queda con todas las industrias, todas las empresas y acapara todas las inversiones estatales.
Respuesta. Esta es una de las grandes clásicas mentiras infundadas por sectores anticatalanistas. Cataluña es próspera y rica porque las condiciones sociales, históricas y territoriales han propiciado a este desarrollo. Lógicamente, las grandes inversiones millonarias deben hacerse en territorios de elevada densidad de población que concentren gran volumen de industrias, empresas y servicios. En España, por la misma razón, toda la costa tiene mayor desarrollo económico y densidad de población que en el interior (salvo Madrid) porque en éste la densidad de población y las condiciones territoriales dificultan grandes inversiones que no resultarían rentables para el crecimiento.¿Tendría sentido efectuar una inversión multimillonaria en una amplia región formada por pueblos de tan solo 100 o 500 habitantes separados entre sí por kilómetros de distancia, igual que en una región metropolitana industrializada que concentra 4 millones de habitantes? A pesar de ello, afirmar que el resto de España es pobre es rotundamente falso porque existe una buena calidad de vida, así como industrias, parques empresariales, universidades y servicios.
Mito. Los catalanes son antiespañoles o hispanófobos.
Respuesta. Si bien es cierto que existen catalanes antiespañoles o hispanófobos, la gran mayoría tienen buenas relaciones con gente del resto de España. El hecho de que muchos de ellos apuesten por un modelo de estado diferente no implica una deslealtad hacia el país. La mayoría de matrimonios de los últimos 50 años se han producido entre gente catalana y castellana, y eso es algo totalmente normal que ha contribuido a la convivencia. Fuera de los conflictos políticos y de grupos minoritarios, las relaciones sociales entre gente catalana y del resto de España acostumbra a ser buena y de respeto, y ello lo atestiguan la mayoría de catalanes que han viajado por toda la península. Quienes repudian lo español, gritan “puta España” y “puta Madrid” y queman banderas españolas son solo minorías radicales.
Mito. Los catalanes se creen mejores y superiores al resto de España, despreciando al resto de españoles y de culturas no catalanas.
Respuesta. De fanáticos y extremistas los hay en todos sitios, pero la norma general es el respeto del pueblo catalán hacia la gente no catalana (o extranjera) y la participación que hacen de sus manifestaciones culturales. Las amistades entre gente catalana y no catalana y los matrimonios entre gente autóctona y foránea es una prueba de ello. En Cataluña se celebran ferias de los gallegos, de castellanos, de aragoneses, la Feria de Abril, el rocío, el Día de Andalucía… y con absoluta normalidad. Cada año, la Feria de Abril es visitada por más de un millón de personas, lo que demuestra su aceptación.
Mito. Cataluña es contraria a la Constitución Española.
Respuesta. Cataluña no es contraria a la Constitución Española. Cuando se hizo el referéndum para su aprobación, el SÍ ganó con una clara mayoría. Y recordar que durante la Guerra Civil Española, el pueblo catalán luchó para defender la democracia española y el orden constitucional español. No debemos olvidarlo.
Mito. Los catalanes siempre se están quejando de todo.
Respuesta. Es falso pensar que los catalanes son un pueblo de amargados e insatisfechos permanentes incapaces de valorar absolutamente nada de lo que tienen. Quienes siempre se quejan constituyen una minoría porque la gran mayoría de su ciudadanía vive y disfruta de lo que tiene. Solo basta con visitar Cataluña y conocer a su gente para comprobarlo.
Mito. En Cataluña se practica el victimismo y se culpa a Madrid de todos los males padecidos.
Respuesta. Quienes se dedican a lloriquear son una minoría, y en especial la clase política que no representa al pueblo catalán. La gente no se dedica a ir por la calle discutiendo y lamentándose de sus problemas y buscando a Madrid como el principal culpable de sus problemas. Se es consciente de que la mayoría de problemas no se deben a las relaciones con el gobierno central, sino a una gestión incompetente de los propios gobernantes de Cataluña, que no son capaces de aprovechar una competencia traspasada para sacarle los recursos. La mayoría de problemas de Cataluña no se deben a Madrid y eso es algo asumido por la mayoría, salvo excepciones.
Mito. Cataluña impone su catalanismo en las Islas Baleares y en la Comunidad Valenciana con el propósito de configurar unos Països Catalans.
Respuesta. Esta es una de las grandes mentiras difundidas por mallorquinistas y valencianistas de tendencia españolista, que niegan la unidad de la lengua inventando la existencia de un idioma mallorquín y de un idioma valenciano y hablan de una opresión catalanista que nunca ha existido. Los únicos gobernantes que tienen capacidad real de decidir en sus respectivas comunidades autónomas son los suyos, no los de la Generalitat de Catalunya. Nunca ha ido gobernante o ciudadano catalán alguno a las Baleares o a Valencia a decirles a éstos cómo tienen que ser, cómo se tienen que sentir o qué idioma tienen que hablar, ni siquiera cómo lo tienen que llamar. Desde Cataluña siempre se ha respetado la identidad balear y valenciana, y las tendencias de asimilación son propias de unas minorías o de determinados políticos.
Mito. Los catalanes odian a los madrileños.
Realidad. Las relaciones sociales, culturales y económicas entre Cataluña y Madrid son muy fuertes e intensas. Si bien existe una rivalidad territorial y las típicas comparaciones (como la hay en todos sitios del mundo porque eso está en el talante humano) la mayoría de experiencias vividas por parte de catalanes que han visitado Madrid y por parte de madrileños que han visitado Cataluña son buenas y satisfactorias. Quienes tienen prejuicios y se dedican a insultar a los recién allegados son minorías que las hay por todas partes. El buen trato es lo que afortunadamente predomina.
Mito. La lengua y la cultura catalana no estaban en tan mala situación con Franco.
Respuesta. Otra de las grandes mentiras es quienes afirman que la lengua y la cultura catalanas vivieron una gran plenitud bajo el régimen franquista. Si bien es cierto que durante los casi 40 años de franquismo se fueron desarrollando diferentes manifestaciones culturales (folclore, música, literatura, etc), educativas y lingüísticas en lengua catalana, y que con el paso de los años hubo mayor permisividad, se trataba de un porcentaje insignificante respecto a la lengua castellana. Así, por ejemplo, en 1974 los alumnos que recibían clases (o la educación) en catalán era de solo un 5%, y la producción literaria en catalán era de solo un 2,5% con respecto a la castellana. Se trata, en realidad, de una media verdad porque quienes acusan de manipular la historia también la manipulan dirigida hacia sus propios intereses.
Mito. No es cierto que el catalán estuviese prohibido con Franco, lo que pasa es que no era oficial (Mercedes Salisachs y Albert Boadella).
Respuesta. La lengua catalana estuvo prohibida durante el franquismo, tal y como lo demuestran los numerosos expedientes que han sobrevivido hasta nuestros días que recogen multas, sanciones y prohibiciones por decreto. Sin embargo, tal y como afirmó Josep Benet, mucha de esta documentación que se encontraba almacenada en un archivo de Barcelona, fue destruida por orden de Rodolfo Martín Villa. ¿Quién puede negar a los miles de testigos que han vivido bajo el régimen franquista que el catalán estuvo prohibido? Lo que sucede es que una prohibición nunca se puede establecer en términos absolutos, sino relativos. Es cierto que la gente hablaba en catalán por la calle y, como indico en el apartado anterior, hubo una producción en catalán. Pero ello no justifica ni prueba que no estuviese prohibido porque (insisto) las prohibiciones son siempre relativas. Eso sería como si un médico afirmara que no es cierto que la droga esté prohibida son que no es mercancía oficial porque administra marihuana y morfina a los enfermos de su hospital.
Mito. En Cataluña el general Franco siempre fue muy bien recibido (Manuel Jiménez de Parga).
Respuesta. Si bien es cierto que en Cataluña hubo adictos al régimen como en todos sitios, el buen recibimiento se hizo a manudo mediante coacciones. Sin ir más lejos, mi propio padre es testigo de ello, y asegura que en la fábrica donde él trabajaba les entregaban las pancartas ya hechas y les comunicaban que cuando el Caudillo llegara a Barcelona hiciesen el favor de recibirlo como se merecía. Mediante amenazas y presiones, claro que era bien recibido. ¿Quién podía a atreverse a insultarle, abuchearlo o a lanzarle piedras?
Mito. En realidad, quienes se oponían a Franco en Cataluña eran solo una minoría (Federico Jiménez Losantos).
Respuesta. Oposición al régimen franquista siempre lo hubo en toda España y también en Cataluña. Sin embargo, se trató de una oposición silenciosa debido a la política del miedo que había infundada. La mayoría de la ciudadanía catalana prefería vivir tranquila, disfrutar de una estabilidad y no meterse en problemas que pudiesen ocasionar desgracias personales o que comportaran graves compromisos. Es por ello que quienes actuaban en grupos organizados mediante campañas o manifestaciones eran una minoría.
Mito. Cataluña va contra los intereses generales del Estado.
Respuesta. Cataluña nunca ha ido en contra porque en realidad esos llamados “intereses generales del Estado” nunca han existido. Los únicos intereses existentes son los relativos a cada comunidad autónoma, los cuales diferirán porque cada territorio responde a una distinta realidad económica, cultural y social. Pueden existir unos intereses generales del Estado en tanto estabilidad económica y social que es un deseo encomiable común igual que en otros países, pero no de unos “intereses generales” en mayúscula y en abstracto, como si España fuese hacia un camino con unas ideas y unos proyectos a aplicar por igual en todos los territorios y Cataluña hacia otro.
Mito. Hay que abordar y solucionar el problema catalán.
Respuesta. No hay nada que abordar y solucionar porque en realidad el llamado “problema catalán” nunca ha existido. Se trata de una invención de la clase política. Cataluña tendrá sus problemas como los tienen otros territorios, pero nunca ha habido un “problema catalán” en mayúsculas y en un sentido abstracto. A Cataluña no le pasa nada ni tiene ni es un gran problema, solo padece los derivados de su realidad como (insisto) los tiene cada comunidad autónoma o todas las regiones y países del mundo.
Mito. Cataluña va contra la unidad de España.
Respuesta. Conseguir la unidad de España es otro mito porque España ya está unida, solo que no como desearía el nacionalismo español, auténtico nacionalismo cerrado, excluyente, uniformista y centralista. Que en Cataluña se tenga un concepto de estado diferente al establecido desde Madrid no significa ser menos leal al país, sino que se tiene otro punto de vista de la realidad territorial. La palabra “unidad” se utiliza en términos asimilacionistas e imperialistas, cuando la verdadera unidad deriva del reconocimiento y fomento de la diversidad y de las diferencias como una fortaleza, una oportunidad y un enriquecimiento del cual un amante de su patria debería de ser motivo de orgullo y no un obstáculo que rompe y debilita el estado. Por consiguiente, Cataluña no va contra la unidad de España, solo contra un modelo unitario uniformizador y diluyente.
Hasta aquí unos cuantos ejemplos que he tenido el placer de exponer. Me gustaría creer que gracias a esta entrada algunas personas anticatalanas que lo hayan leído les haya cambiado un poco el “chip” y se detengan a reflexionar un poco. Señoras y señores, sírvanse ustedes mismos de añadir algunos otros mitos y mentiras más que hayan oído y que por falta de memoria yo no me haya acordado de incluir. No tendré inconveniente alguno en incorporarlos en este artículo más adelante.

5 comentarios:

  1. Fíjate tú, Ricard, la plenitud disfrutada por Cataluña durante la dictadura del tío Paco, que a mi madre la obligaban a cantar el "Cara al sol" cada día en el colegio y, cuando era sorprendida hablando en catalán, le clavaban un soberano coscorrón.

    (Gracias por tus reflexiones).

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  2. A mi personalmente me castigaban en el colegio por hablar catalan, me pegaron en la calle por hablar mi lengua materna y me arrestaron en la mili por tambien usarla. Quien niega que el catalan no fue perseguido durante el franquismo tiene que ser un ignorante supino o sencillamente una mala persona. Y yo me inclino per esto último. El regimen de franco fue un conglomerado de crimen, abuso, mentiras,y bajeza moral, donde medró el pelota, el listillo y el sin escrúpulos, el "chotas", el fanfarrón, el machista. La masa encefálica de este pais se exilió, y los que quedaron fueron sometidos al miedo y la extorsión fisica y psicológica. Y que quedó de ello, una sociedad acomplejada, en buena parte rastrera y servil. Las nuevas generaciones, en las que me incluyo hicimos lo que pudimos. Pero el resultado fue muy mediocre: una nueva restauración borbónica y una democracia otorgada, un amansamiento por no decir aniquilación de las ideologias emancipadoras de izquierda a manos de Felipe y Carrillo, y una falsa vertebración del Estado que ahora hace aguas por doquier. Todos los problemas que expones son resultado de esta obra mal hecha que llaman españa de las autonomias. Unos Estados confederados dentro de una República Iberica, esta es mi propuesta.

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  3. Bueno, esto de los tópicos es lo que tiene, también pensáis que los que se ponen a trabajar en el campo en Andalucía son unos vagos y ni un diez por ciento de la población de Barcelona aguantaría una jornada de "verdeo". Me quedo con dos puntos, lo del 5% de las clases en catalán durante el Franquismo, ¿no es lo que vosotros hacéis ahora con el castellano? y el tema de las banderas, hay pueblos que la única bandera de España que tienen es la de la comisaria nacional, por lo tanto mientes. No estoy de acuerdo en algunos otros puntos pero tampoco me pillas con mucho tiempo, pienso que el anticatalanismo es consecuencia del antiespañolismo, votáis a políticos que no quieren hacerse una foto detrás de una bandera española...¿que queréis que pensemos? Habéis creado una nación a base crear herramientas de estado y gastar millones en propaganda nacionalista y ahora decís que Cataluña debe ser un país independendiente ¿como queréis que nos tomemos esta tomadura de pelo? Y como esto, me podría llevar escribiendo dos días...

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  4. Otro topico anticatalan.

    -El anticatalanismo es consecuencia del antiespañolismo.

    Como ejemplo esta el comentario anterior.

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  5. A mi particularmente me han repudiado, insultado y casi amenazado al llegar con mi coche matricula de "B" Barcelona a una localidad del sur de España, por el simple hecho de ser Catalán y llevar en la matricula la B. Y por cierto allí por no dar, no te daban ni la hora ni un vaso de agua. No generalizo, pero que ellos tampoco lo hagan.

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