miércoles, 16 de febrero de 2011

Un premio “Goya” de acercamiento y de concordia

El pasado domingo 13 de febrero, cumpliendo un cuarto de siglo de la creación de los premios “Goya” de arte cinematográfico español, el filme “Pa negre” ganó el premio a la mejor película del año, además de recibir otras estatuillas. Hasta aquí no hay nada que llame la atención salvo que la película ganadora, obra del cineasta Agustí Villaronga, es catalana y rodada en catalán. Es por ello que las reacciones adversas de los más radicales tanto por parte de sectores españolistas como de algunos sectores catalanistas e independentistas no se han hecho esperar. Solo basta con ver los comentarios escritos en los diversos foros de Internet para percatarse. Afortunadamente, estos grupos de ciudadanos que tanto dañan la convivencia de nuestra sociedad y contribuyen a engendrar problemas allá donde no existen, creo (y quiero creer) que se tratan de una minoría que no representan al conjunto global de la sociedad española en general ni catalana en particular. Apuesto por una mayoría satisfecha por el certamen y por este gesto de premiar una película catalana rodada en catalán.
Estamos hablando de cine, del séptimo arte, de cualidades artísticas, de labor cinematográfica, de escenografía, de ambientación y de interpretación, entre muchas otras cosas. No estamos hablando de políticas, de catalanismo, de españolismo, de identidades territoriales o de lenguas. ¿Qué necesidad hay de hablar sobre eso y mezclar algo que no tiene nada que ver con lo anterior? ¿Por qué estas minorías, tanto catalanas como del resto de España se empeñan en tener una visión tan simple y cavernícola de la vida y de todas las cosas que nos rodean? ¿Por qué no dejan por una vez esa agresividad, esa violencia visceral e irracional, ese resentimiento espiritual y disfrutan un poco de la vida y de las oportunidades que nos ofrece este mundo?

Se puede criticar el premio a la mejor película por “Pa negre”, pero alegando criterios cinematográficos, nunca políticos o ideológicos, siendo esto segundo lo que lamentablememnte predomina en los foros de Internet por no decir de manera aplastante.
Desde el punto de vista artístico, debo afirmar que me gustó la película tanto por la interpretación como por la ambientación de la posguerra, y que en definitiva se trata de un “Goya” justo. Desde el punto de vista político, respondiendo a las quejas de los internautas radicales, decir que como catalán me alegro de este gesto por parte de la Real Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas porque veo una evolución y un reconocimiento a la diversidad cultural y lingüística de España, motivo personal de orgullo, un premio sin prejuicios de lengua o territorio. Me alegro que en Madrid se haya premiado a una película catalana en catalán como me alegraría de que a un escritor catalán que escribe en castellano le otorgaran un premio literario español. Pero en nuestro país hay de todo, y desgraciadamente encontramos a gente que no valora ni le interesa la cultura, porque apostar solo por aquella parte de la cultura más cercana a los intereses políticos individuales eso no es realmente valorarla y fomentarla. Es una lástima que en este país, con la diversidad y la riqueza cultural y lingüística que ofrece nuestro territorio, todavía existan mentes rancias y de pensamiento simple encoñadas en defender solo una porción y repudiar el resto. Todavía hay quienes tienen la convicción de que dicha diversidad es un obstáculo, que solo es para joder, que no tiene futuro, que es un gasto económico inútil, que no abre fronteras, que divide a la sociedad y que debilita la unidad del estado. Es decir, lo entienden exactamente al revés.

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