Este año se celebra el centenario del nacimiento del psicólogo y parapsicólogo catalán Josep Mir i Rocafort, conocido mundialmente como Fassman.
Nacido en Sort (Lleida) en el año 1909, desde niño ya poseía el don de la llamada percepción extrasensorial. Siendo un adolescente demostró en seguida un despertar de su vocación por lo paranormal, pues se inició profesionalmente en el circo realizando números de ilusionismo como la prestidigitación, la magia y el mentalismo. Paralelamente, empezó a investigar con más profundidad acerca de los fenómenos parapsicológicos. En 1938, en plena Guerra Civil, después de haber conseguido mayor fama dentro de su ámbito, adoptó el nombre artístico de Fassman y realizó sus primeros sus primeros estudios y experiencias en el campo de lo paranormal en las ciudades de Perpignan y Paris. Terminado el conflicto bélico, regresó a España y presentó en Barcelona un espectáculo de mentalismo e hipnosis con gran éxito de público hasta el punto de adquirir fama y prestigio internacional, pues demostró un gran poder de sugestión que le permitió dominar las técnicas de hipnosis. Así fue como se ganó la vida en los años posteriores hasta su retirada de los escenarios a mediados de la década de 1960. Solamente hubo un paréntesis durante la década de 1950 cuando estudió psicología en la Universidad Latino Americana de La habana (Cuba). Fueron diversos los motivos que le indujeron a abandonar sus espectáculos, y ello repercutió a recibir críticas, acusándole de haber renegado de su etapa como ilusionista al mismo tiempo que restaban credibilidad a su labor en el campo de la hipnosis terapéutica. Otros, en cambio, celebraron su abandono porque consideraban que así se olvidaba un pasado que restaba seriedad a su trabajo posterior. Desde su doctorado en 1962 se dedicó a la docencia y a la atención de pacientes.
Se dice de él que, como mentalista e hipnotizador, combinó su esfuerzo y su talento hasta el punto que nadie puso en duda que fuese el mejor en su especialidad. Sus conocimientos y su experiencia, conjuntamente con sus facultades y su personalidad, le permitió fundar el llamado sistema de Dinámica Mental Aplicada. En Barcelona y en el continente americano fundó institutos, cuyos discípulos siguen sus enseñanzas en la actualidad. Fue presidente de honor del Instituto Ecuatoriano de Investigación Psicológica y miembro de la Asociación Nacional de Instructores de Hipnotismo de Estados Unidos.
Nacido en Sort (Lleida) en el año 1909, desde niño ya poseía el don de la llamada percepción extrasensorial. Siendo un adolescente demostró en seguida un despertar de su vocación por lo paranormal, pues se inició profesionalmente en el circo realizando números de ilusionismo como la prestidigitación, la magia y el mentalismo. Paralelamente, empezó a investigar con más profundidad acerca de los fenómenos parapsicológicos. En 1938, en plena Guerra Civil, después de haber conseguido mayor fama dentro de su ámbito, adoptó el nombre artístico de Fassman y realizó sus primeros sus primeros estudios y experiencias en el campo de lo paranormal en las ciudades de Perpignan y Paris. Terminado el conflicto bélico, regresó a España y presentó en Barcelona un espectáculo de mentalismo e hipnosis con gran éxito de público hasta el punto de adquirir fama y prestigio internacional, pues demostró un gran poder de sugestión que le permitió dominar las técnicas de hipnosis. Así fue como se ganó la vida en los años posteriores hasta su retirada de los escenarios a mediados de la década de 1960. Solamente hubo un paréntesis durante la década de 1950 cuando estudió psicología en la Universidad Latino Americana de La habana (Cuba). Fueron diversos los motivos que le indujeron a abandonar sus espectáculos, y ello repercutió a recibir críticas, acusándole de haber renegado de su etapa como ilusionista al mismo tiempo que restaban credibilidad a su labor en el campo de la hipnosis terapéutica. Otros, en cambio, celebraron su abandono porque consideraban que así se olvidaba un pasado que restaba seriedad a su trabajo posterior. Desde su doctorado en 1962 se dedicó a la docencia y a la atención de pacientes.
Se dice de él que, como mentalista e hipnotizador, combinó su esfuerzo y su talento hasta el punto que nadie puso en duda que fuese el mejor en su especialidad. Sus conocimientos y su experiencia, conjuntamente con sus facultades y su personalidad, le permitió fundar el llamado sistema de Dinámica Mental Aplicada. En Barcelona y en el continente americano fundó institutos, cuyos discípulos siguen sus enseñanzas en la actualidad. Fue presidente de honor del Instituto Ecuatoriano de Investigación Psicológica y miembro de la Asociación Nacional de Instructores de Hipnotismo de Estados Unidos.
En 1980, su pueblo natal le nombró hijo ilustre en agradecimiento a que siempre hablara de Sort en todas las entrevistas que le concedían, incluso tiene una calle dedicada con el nombre de Fassman. Murió en Barcelona en 1991.
Actualmente, su hija María Mir, que trabajó con su padre como redactora entre 1981 y 1991, ha publicado un libro titulado “Fassman. La biografía. El poder de la voluntad”, con motivo del centenario del nacimiento de este singular personaje del mundo de lo paranormal.
A nivel personal, debo decir que Fassman siempre me ha fascinado, y ahora es de justicia que se reivindique su figura. Han sido muchas veces las que he visto sus espectáculos por la televisión. El último fue concretamente en el programa emitido en TV3 titulado “La vida en un xip”, presentado por el periodista Joaquim Maria Puyal. Allí, a pesar de que era un hombre muy mayor y no le quedaba mucho tiempo de vida, demostró que conservaba todas sus facultades y sus magníficos poderes mentales, como si los años no le hubiesen pasado. La verdad es que dejó sorprendido a todo el público asistente, y llegó a atrapar a un chico que intentó engañarle para hacerle equivocar.
Siempre recordaré en un programa de TVE de Sant Cugat cuando Fassman puso su cara delante de la cámara ocupando toda la pantalla del televisor, pidiendo a los telespectadores que nos concentráramos en todo lo que nos decía con el propósito de hipnotizarnos. La verdad es que no pude porque, siendo un niño, inevitablemente me echaba a reír y me desconcentraba. Sin embargo, en un momento de voluntad y seriedad de mi parte, cuando Fassman dijo “ahora sentirás una sensación de profundo descanso”, de pronto, sentí una especie de relajación corporal que me dejó sorprendido. ¿Sugestión? No lo sé, pero por experiencia propia me atrevería a decir que ese hombre tenía algo de poderoso y nada de impostor.
Acabo de leer el breve resumen sobre Fassman. Por lo que dices, veo que no lo conociste personalmente.
ResponderEliminarQuiero felicitarte por tu artículo y decirte que Fassman, era todo eso y algo más...Lo conocí durante muchos años y tuve la suerte de colaborar con él personalmente en muchísimas ocasiones. Era una persona con facultades extraordinarias, entre las que cabría destacar la telepatía. Puedo decirte que esa facultad la pude comprobar personalmente ya que me comuniqueé con él durante unos doce años. Sí, yo también soy telépata. pero esa es otra historia.
Te deseo muchísima suerte
Desde Gala