martes, 29 de octubre de 2019

Los "Encants Nous" de Barcelona


Mucho se ha hablado de los Encants Vells por su larga historia y tradición en Barcelona. Con el paso del tiempo surgieron escisiones o derivados por distintas razones, hijos naturales menos conocidos del mercado original. Uno de esos "hijos" son los llamados Encants Nous. En 1929 los Encants Vells se trasladaron en el corazón de la plaza de las Glorias Catalanas, entonces conocido como el Camp del Sidral. Sin embargo, el Ayuntamiento de Barcelona decidió también llevar la Fira de Bellcaire al mismo lugar, lo cual generó un problema. Ante la situación un grupo de comerciantes cansados de trasladarse por toda la ciudad y con ganas de asentarse permanentemente, abrir más días a la semana y convertirse en propietarios, decidieron escindirse surgiendo así dos mercados: los Encants Fira de Bellcaire (que representaban la continuidad de la histórica feria del siglo XIV) y los nuevos encantes.


Si los primeros permanecieron en dicha plaza, los otros adquirieron un solar cercano comprendido entre las calles de Dos de Mayo, Enamorados, Independencia y Valencia. Para poder hacer efectiva la compra de los terrenos en 1930 se constituyeron como Sociedad Cooperativa del Local de Ventas. El espacio en cuestión pertenecía al Futbol Club Martinenc y estaba habilitado como campo de deportes. Ocupaba 189.000 palmos cuadrados. Inicialmente los comerciantes plantearon alquilarlo con opción a compra, pero en las negociaciones con el club de fútbol se acordó la compra pagándolo a plazos durante un tiempo de 20 años. El precio total fue de 600.000 pesetas, si bien otras fuentes hablan de 750.000 pesetas. Cada socio tenía la obligación de abonar al contado o bien a términos una cuota máxima de 250 pesetas más 12 pesetas mensuales por parada. Quienes no disponían de parada fija o no vendían nada pagarían 60 céntimos de peseta. El 16 de diciembre del citado año hicieron la inauguración oficial. El diario “La Vanguardia” del 16 de diciembre de 1930 resumió así el certamen:


El domingo, a las diez de la mañana, se celebró la inauguración oficial del «Local de ventas», perteneciente a la Sociedad Cooperativa de Vendedores de los Encantes Viejos, instalado en el propio solar de su emplazamiento, calles de Valencia y Dos de Mayo. Al acto asistieron la Junta directiva en pleno, el teniente de alcalde señor Santamaría, que ostentaba la representación del alcalde, y gran número de encantistas. El secretario, don Ramón Gibert, dio lectura a una documentada memoria, explicando la actuación de la directiva y los trabajos preparatorios para llegar hasta la inauguración del Local de ventas. Después pronunciaron breves discursos alusivos a la fiesta el presidente de la Cooperativa, señor Martín Alavá, don Pedro Balañá Ventura y el teniente de alcalde señor Santamaría. Para todos hubo abundantes aplausos. Terminado el acto de inauguración, autoridades e invitados visitaron la gran marquesina construida alrededor del emplazamiento del Local de ventas, donde tendrán cómoda instalación gran número de encantistas. Una cobla amenizó la fiesta, interpretando varias sardanas. A la una de la. tarde, se celebró un banquete en el restaurante Patria. Además de los elementos directivos, asistieron los abogados de la entidad, señores Gardo y Aldaz, y más de doscientos comensales. Al final brindaron los señores Martín Alavá y Gardó”.


El día 22 de los corrientes abrió para la venta al público. El nuevo espacio constaba de un conjunto de cobertizos que albergaban casi un millar de puestos de venta de toda clase de artículos antiguos y de saldo. Sin embargo, la crisis económica de 1935 comportó problemas en los pagos.
Al estallar la Guerra Civil la situación se agravó prolongándose incluso durante los primeros años de la postguerra. La razón fue la desaparición de los libros oficiales y los papeles firmados por la Cooperativa. Ello comportó la suspensión de los acuerdos alcanzados con el antiguo propietario de los terrenos teniendo como consecuencia no poder ejercer la venta. Como primera solución el 17 de septiembre de 1947 la Cooperativa se constituyó por segunda vez registrándose en dicha fecha como Cooperativa de Consumo Local de Ventas Dos de Mayo. Aún así las dificultades perduraron, incluso el propietario de los terrenos decidió vender el solar a Construcciones Españolas.


La intención de esta empresa, con sede en la calle de Enrique Granados nº135 era desahuciar a los comerciantes y construir en su lugar un gran bloque de viviendas. Pero la lucha de los encantistas para permanecer en ese lugar consiguió, tras tres años de reivindicaciones, alcanzar un acuerdo satisfactorio para ambas partes: se construiría el bloque de viviendas integrando a los encantes en la planta baja mediante unas galerías comerciales. El 12 de octubre de 1953 se procedió a la inauguración oficial de una parte de los nuevos encantes. El acto tuvo lugar a las 10:30h de la mañana y asistieron el jefe de la Sección Social del Sindicato de la Construcción, Vidrio y Cerámica y procurador en Cortes, Pedro Moya, y la señora de Coma, acompañada, de su esposo, el jefe provincial da la Obra Sindical de Cooperación, Jorge Coma. Todos ellos ejercieron como padrinos. La bendición de las instalaciones la ejecutó el padre Francisco Deix, párroco de la parroquia de San Ignacio de Loyola.


En 1956 celebraron las bodas de plata y al siguiente año finalizó la construcción del bloque de viviendas que ocupa los números del 534 al 548 de la calle de Valencia, del 221 al 231 de la calle del Dos de Mayo y del 81 al 95 de la calle de los Enamorados. En 1968 terminaron definitivamente las obras de adecuación de las galerías comerciales con la ocupación total de todos los locales. El resultado fue la conversión de los encantes en unas galerías populares de bario completamente alejadas del modelo burgués de antaño, cuyo éxito se garantizó gracias a que coincidió con los años del “desarrollismo” y el auge del consumismo.
El nuevo espacio que nos ha llegado hasta la actualidad tiene una estructura interior semiradial de unos 8.000 metros cuadrados de superficie con 6 accesos exteriores por la calle de València, 5 por la calle del Dos de Maig y 4 por la calle de los Enamorats. Todos ellos están conectados entre sí mediante un pasillo que circunda completamente la galería comercial (Calle A) y definen la Zona 1 más exterior.


Durante la noche dicho pasillo queda cerrado por unas rejas a banda y banda de las entradas a las escaleras de las comunidades de vecinos, las cuales se hallan en el interior del recinto en vez de tener acceso directo desde la calle. Un segundo pasillo interior en forma de "U" (Calle B) se conecta con el primero mediante 15 callejones transversales y define la Zona 2; el segundo y el tercer pasillo (Calle C) se conectan entre sí por 7 callejones transversales definiendo la Zona 3; finalmente las Calles D, E y F configuran la Zona 4 o más interior, limitada por las Calles A (circular) y C (semicircular). Por un lado se mantuvieron las paradas clásicas de encantes, es decir, anticuarios, librerías de viejo, muebles antiguos, artesanía, coleccionismo y productos de ocasión. Pero también se incorporaron otros sectores que nada tenían que ver como perfumerías, cosmética y estética, tiendas de ropa, mercerías, lencerías, corseterías, calzados, joyerías, productos para el hogar, bazar de regalos, fontanería, iluminación, ferreterías y juguetes.


En 1981 se celebraron las bodas de oro, justo en un momento en que se entró en una nueva etapa caracterizada por la proliferación de nuevos centros comerciales, grandes superficies y cadenas de grandes marcas. Ello, sumado a una falta de renovación de las instalaciones, originó un lento proceso de decadencia de las galerías llevando al cierre progresivo de varios negocios a pesar de mantener una clientela fiel. A fin de intentar reflotar y defender sus intereses nació en 1996 la Associació de Comerciants dels Encants Nous para representar a los comerciantes del Centre Comercial Encants Nous. Sus objetivos se han basado en la mejora, promoción, información, asesoramiento y coordinación del comercio de la zona. Algunas de las acciones encaminadas a dinamizar el sector y que en la actualidad todavía se desarrollan han sido el alumbrado de Navidad de las calles, la organización de rifas, las paradas de los Reyes Magos y la recogida de cartas, el concurso del Carnaval, las ferias callejeras, sorteos de vales de compras, chocolatadas, habaneras, las rosas de Sant Jordi y la recogida solidaria de alimentos.


Tras una rehabilitación del bloque de viviendas y del interior de las galerías comerciales con nueva imagen, el número de comercios asociados aumentó más allá de las galerías comerciales creándose en 2012 los Encants Nous Eix Comercial delimitado por las calles de los Castillejos, Mallorca, Dos de Maig, Provença, Independència y la plaza de las Glòries Catalanes. A partir de 2015 se renovó y mejoró la señalización para facilitar la orientación de los usuarios. Desde el 17 de mayo de 2018 la Associació de Comerciants dels Encants Nous pasó a formar parte de Barcelona Comerç, una entidad sin ánimo de lucro cuyo propósito es promocionar toda clase de proyectos y actividades orientadas a favorecer el pleno desarrollo del comercio urbano de Barcelona en el ámbito social, económico y cultural, especialmente de los llamados ejes comerciales, los cuales ya suman un total de 23 y conforman el Patronato de Barcelona Comerç.


En la actualidad han proliferado numerosas tiendas de regalos, de juguetes antiguos y modernos, y de piezas de coleccionismo, una fórmula relativamente similar a la aplicada últimamente en las Galeries Maldà a fin de reinventarse y asegurar el futuro del centro comercial con esta nueva oferta comercial regentada por gente joven. De mantener una clientela fiel, de promocionar adecuadamente el comercio de barrio como modelo de futuro y renovarse adaptándose a los nuevos tiempos, a las nuevas necesidades y a la aparición de nuevas pautas de comportamiento social dependerá en gran medida la supervivencia de estos encantes que tanto han luchado desde su fundación en 1931 para mantenerse.

Fotos: Ricard Fernández i Valentí

jueves, 10 de octubre de 2019

20 años colaborando en el Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris


El tiempo pasa tan rápido que apenas me he dado cuenta de que llevo 20 años colaborando en el Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris. Ésta entidad cultural sin ánimo de lucro fue fundada en 1983 por unos alumnos de la escuela de adultos Freire sensibilizados por la necesidad de crear un centro de documentación popular que recogiera la memoria histórica de los barrios del norte de Sant Andreu, lo que un año después se conocería como Nou Barris. Nació así el Centre d'Estudis Populars de Roquetes, con sede en dicha escuela, situada en la Via Favència (Verdum). En sus inicios sólo ocupaba una habitación en desuso del centro escolar, pero con el paso de los años la documentación fue llenando los armarios y estanterías y ya se planteó la posibilidad de trasladarse. Además de archivar prensa, revistas, boletines, periódicos, dossieres, fotografías, mapas, planos, carteles, libros y otro tipo de documentación variada, también recibió importantes e interesantes donaciones por parte de particulares y entidades, un fondo a menudo inédito y de un valor extraordinario. Igualmente se empezó a editar un boletín que sería el embrión de la futura revista semestral "L'Arxiu", aumentaron año tras año los socios y se desarrollaron actividades varias destinadas a dar a conocer y a difundir la memoria histórica así como concienciar en la defensa del patrimonio local. Por ello se empezaron a organizar itinerarios de barrio, rutas por Collserola, tertulias y exposiciones, además de colaborar activamente con otras asociaciones y entidades tanto de dentro como de fuera del distrito e incluso puntualmente con la administración local.


En 1994 la entidad, ya conocida como Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, se trasladó al Ateneu Popular de 9 Barris, en la calle de Portlligat (Trinitat Nova), cuyo edificio se había reformado y adecuado recientemente. Allí dispuso de dos habitaciones de mayores dimensiones y parte de un pasillo central, además de poder celebrar algunas actividades en el bar o el teatro. Entre ambas entidades siempre hubo un vínculo muy fuerte, pues algunos fundadores y socios del Arxiu lucharon contra la planta asfáltica y reivindicaron el ateneo en 1977. Esta etapa fue muy prolífica y supuso un incremento de socios, actividades, colaboraciones, publicaciones y entrada de fondo documental. Año tras año la gente iba depositando su confianza y la entidad fue cogiendo prestigio, llegando a ser referente para la creación de otros archivos y centros de documentación populares por Barcelona. Incluso el fondo documental superaba en cantidad y calidad al del Arxiu Municipal del Districte de Nou Barris.
Finalmente, tras largas e inacabables gestiones, se consiguió una sede más grande y con las condiciones merecidas: el Espai Via Favència, a caballo entre Verdum y Roquetes, muy cerca de la escuela Freire donde nació. El nuevo local, de dos plantas, se inauguró en 2011 y permitió dotar de las modernas instalaciones que tanto se requerían para poder trabajar cómodamente y ofrecer mejor atención al público visitante que venía a consultar.


La planta inferior está destinada a almacén de documentación con previsión de crecimiento para los próximos años, y la planta superior incluye las salas de consulta y de trabajo. El vestíbulo, que se comparte con las otras dos entidades vecinas (Nou Barris Televisió i 9 Barris Acull) sirve para el desarrollo de actividades como tertulias, seminarios, presentaciones y exposiciones. A todo ello debe sumarse la incorporación de nuevas tecnologías que han permitido la digitalización y la conexión con Internet con las ventajas que ello supone en cuanto a difusión se refiere (correo electrónico, blog, Instagram, Facebook y Twitter).
Fue en septiembre de 1999 cuando descubrí la existencia del Arxiu por pura casualidad. Me dirigí a una copistería (ya desaparecida) de mi barrio, sita en la calle de la Riera d'Horta para hacer unas fotocopias. Mientras hacía cola observé sobre la mesa un conjunto de revistas tituladas "L'Arxiu". Me acerqué, hojeé un ejemplar y me llamó la atención su contenido. Me gustó, tomé nota de la dirección y envié un currículum. Eran años en los que buscaba trabajo. Al poco tiempo un día que llegué a casa mi madre me explicó que una tal María Luisa había llamado por teléfono preguntando por mí porque habían recibido un currículum y una carta de presentación y que, por tal motivo, me ofrecían colaborar desinteresadamente a cambio de adquirir experiencia profesional. Acepté de buen grato la propuesta y pronto me dirigí al Arxiu, cuya sede estaba entonces en el Ateneu.


Entré por primera vez muy cauto y algo tímido, pregunté por la entidad y enseguida me recibieron con los brazos abiertos. El primer día había tres personas: Vicenç Bassachs, Miquel Tormos y Sílvia Alfonso, la que precisamente se encargó de enseñarme las instalaciones.
Al haber tenido buena impresión decidí continuar y así fue como empecé. Mi primera tarea fue clasificar y dar entrada el fondo cartográfico. A los pocos días fui conociendo al resto de colaboradores de entonces: María Luisa Serralta, Maria Rosa Martínez, Francesc Pujol, Neus González, Marta Grau, y Arnaldo Gil. Otros colaboradores ocasionales eran Roberto Lahuerta, Manuel Villén, Mercedes Hidalgo, Lourdes Ferrando, Antonio Silva, Juanjo Martos y Pepe Cosano. Con los años hubo altas y bajas. Entraron nuevos compañeros como Dani Álvarez, Jordi Vilalta, Sofía Bengoetxea, Montse Argente, Antonio Pascual, Gemma Mateo, Jesús Aguilar, Jordi Sànchez y los matrimonios Josep Maria Babí y Carmen Ríos y Albert Montaner y Marga Sánchez. También se incorporaron Núria Climent, Montse Massot y Eugenia Álvarez las cuales formaron el grupo de "las chicas del miércoles", en realidad chicas de oro (jubiladas) que colaboran todos los miércoles dando entrada a la documentación y amenizando las tardes con una merienda.


De todos ellos nada malo puedo decir, sino todo lo contrario. Han sido y continúan constituyendo un excelente equipo de trabajo, bien avenido, sin discriminación por edad o formación académica, hombres y mujeres que, además de ser buenas personas, en común poseen infinidad de cualidades. Cada uno está especializado en una tarea determinada de la cual es experto. Todo el mundo sirve para desarrollar alguna función y ello convierte la entidad en un ejemplo de inclusión donde se forman día a día profesionales y personas.
Algunos de ellos por motivos laborales, jubilación, cambio de vida u otras causas dejaron de colaborar en el local, mientras que otros desgraciadamente fallecieron como fue el caso de Francesc Pujol y Jordi Vilalta. Francesc fue un referente de primer orden cuya pérdida prematura resultó un daño irreparable. Dejó un legado fundamental para el funcionamiento del centro y se convirtió en el primer gran historiador de Nou Barris, personificando su frase "fem cultura als barris". Gracias a él muchos hemos tomado ejemplo de sus enseñanzas y decidimos desarrollar esa historia local que hace tan grande Nou Barris. Lo recuerdo un hombre tranquilo, siempre contento, cordial, capaz de hallar soluciones inmediatas a los problemas planteados.


En cuanto a Jordi decir que fue mi mejor amigo, quien más me comprendió y mejor me valoró. Con él tuve animosas conversaciones de todas clases pero lo más importante es que escuchándolo aprendí muchas cosas. Lástima que la E.L.A. acabara prematuramente con su vida. Su legado fue la base de datos informatizada que permite dar entrada cómodamente la documentación y abandonar el sistema manual.
En mis inicios empecé muy reservado e introvertido, pero poco a poco me fui abriendo y cogiendo seguridad, lo cual me permitió ser más participativo no sólo dando entrada toda clase de documentación, sino también atendiendo a estudiantes e investigadores que venían a consultar, colaborando en la revista "L'Arxiu" publicando artículos, participando en seminarios como ponente, presentando y clausurando actividades, ejerciendo de guía en itinerarios de barrio y en rutas por Collserola e incluso como conferenciante tanto en la entidad como en jornadas culturales a nivel de Barcelona. Dos décadas me han ayudado a conocer Nou Barris, a comprender la realidad de unos barrios periféricos y descubrir la riqueza asociativa y cultural del distrito. En definitiva, he aprendido a observar de otra manera el mundo que me rodea en general y la ciudad de Barcelona en particular.


Y eso no es todo, pues gracias al Arxiu he podido desarrollar mi faceta como historiador local mediante publicaciones. En el año 2010 vio la luz mi libro "Destinació: Nou Barris. Un viatge per la història dels transports a Nou Barris", editado por el Ayuntamiento de Barcelona. Éste trabajo fue una promesa a la entidad cuando supieron que mi especialidad era la historia de los transportes y servicios urbanos de Barcelona. Tres años después la editorial Temporae me encargó "Así era Nou Barris", un pequeño libro fotográfico que resume la historia del distrito y que tuvo un gran éxito de ventas. En 2017 publiqué el segundo monográfico del Arxiu titulado "L'aigua a Nou Barris. Infraestructura i patrimoni", y este año presentaré el tercero llamado "60 anys de metro a Nou barris (1959-2019)". De manera conjunta participé en la redacción de libros como "Sant Sebastià de Verdum. Mig segle d'una parròquia de barri" (2008) junto a varios autores, "L'abans a Nou Barris" (2015) junto a Marta Grau y Jordi Sànchez y el monográfico "Història del castell de Torre Baró" (2016) junto a Jordi Sànchez. Igualmente, he sido ocasionalmente protagonista de pequeños reportajes televisivos en Betevé en los cuales he explicado historias del distrito.


Dos décadas han dado mucho de sí y eso se tiene que agradecer. No han sido en vano sino que han permitido formarme profesionalmente en el ámbito de la historia y la cultura y sobretodo como persona humana. Gracias a la experiencia adquirida en el Arxiu pude trabajar en la tienda de periódicos antiguos "A la Premsa d'Aquell Dia" que tan buenos recuerdos me trae, así como en otros trabajos puntuales remunerados. Igualmente he podido certificar experiencia demostrable como escritor, archivero, conferenciante y guía urbano hasta haber alcanzado un nivel cualitativo idéntico al de profesionales titulados. Llegué a jefe de documentación, tesorero e incluso brevemente fui presidente entre los años 2009 y 2011. En la actualidad, debido a mis compromisos laborales he tenido que restringir mi colaboración, si bien continúo activo como socio, redactando artículos para la revista "L'Arxiu", elaborando ocasionalmente algún boletín "Petit Arxiu", participando como guía en alguna ruta urbana y sobretodo enviando las actividades a los socios y actualizando el blog. Y así seguiré, siempre fiel a ese archivo que cambió mi vida y me convirtió en un hombre nuevo. Gràcies Arxiu.


Fotos: Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris