En el recuerdo de muchos aficionados a los transportes públicos quedó la exposición que en 1981 se celebró en Barcelona bajo el nombre de "Trens i estacions". El ferrocarril era entonces una asignatura pendiente de mejora y reconversión. La red ferroviaria catalana sufría desde hacía años un proceso considerable de degradación reflejado en una escasa oferta comercial, el envejecimiento tanto del material móvil como de las instalaciones, la clausura de la mayoría de líneas de vía estrecha y un descenso del número de pasajeros. Sin embargo, el modelo de movilidad basado en el vehículo privado, causante de estos males, también era insostenible, motivo por el cual era necesario apostar nuevamente por el transporte público ferroviario. Por un lado, era necesario la aplicación de políticas dirigidas a modernizar la infraestructura existente para hacerla eficiente y competitiva. Por otro, se quería apostar por fomentar una cultura del tren mediante la reivindicación histórica del ferrocarril en Cataluña, su importancia y su aportación. Y en ese sentido, la Generalitat de Catalunya, a través del Departament de Política Territorial i Obres Públiques, y en colaboración con el Ajuntament de Barcelona, acordaron la preparación de una exposición temporal con carácter didáctico y lúdico cuyos objetivos eran, principalmente, reivindicar el patrimonio industrial y arquitectónico ferroviario catalán, destacar la aportación tecnológica e industrial al ferrocarril, constituir una posible base para un futuro museo del transporte, acercar el mundo del ferrocarril al público en general, y remarcar el papel del ferrocarril en la configuración territorial catalana.
Además de las citadas administraciones, participaron en el proyecto Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, RENFE, S.P.M. Ferrocarril Metropolità de Barcelona, S.P.M. Transports de Barcelona, Ferrocarrils de Muntanya a Grans Pendents, Associació d'Amics del Ferrocarril de Barcelona, Construccions Miarnau, SYRE, La Maquinista Terrestre y Marítima, MACOSA, Hispano Sony y COBRA.
Otro participante fue el Centre Georges Pompidou de Paris, que se ofreció a la iniciativa aportando su exposición ferroviaria itinerante llamada "Les temps des gares" celebrada por primera vez en la capital francesa del 14 de diciembre de 1978 al 8 de abril de 1979. Dicha muestra tuvo la colaboración del Palais des Beaux-Arts de Bruselas, el National Railway Museum de York, y el Museo Nazionale della Scienza e della Tecnologia "Leonardo da Vinci" de Milán. Posteriormente se celebró en las ciudades de Burdeos, Lyon Milán, Bruselas, Lausanne y Londres, para terminar finalmente en Barcelona. El contenido reunía una colección de arte contemporáneo relativo al mundo del ferrocarril y numerosos documentos históricos sobre las estaciones y su desarrollo desde el año 1830 hasta la actualidad del momento. El proyecto fue concebido por la artista parisina Dorothée Selz.
La exposición estuvo promovida por Albert Vilalta (secretario general técnico del Departament de Política Territorial i Obres Públiques) y Joaquim Tosas (director general de Ports i Transports), con el apoyo de Xavier Fort i Bufill (Departament de Cultura i Mitjans de Comunicació), Enric Roig (director de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya), Josep Maria Fortuny (director de la 5ª Zona de RENFE), Josep Maria Sasplugas (presidente de l'Associació d'Amics del Ferrocarril de Barcelona), Guillem Yenes (director de la S.P.M. Transports de Barcelona), Guillem Virgili (subdirector de la S.P.M. Ferrocarril Metropolità de Barcelona), Joaquim Gili (representante de l'Associació d'Amics del Ferrocarril de Barcelona), Jordi Miarnau (empresario de obras ferroviarias), Jaume Bover (representante del Institut Francès de Barcelona), Ramon Montagut (director de Ferrocarrils de Muntanya a Grans Pendents) y Marià Palacin (delegado de información y relaciones públicas de RENFE). En relación al montaje de la exposición, las arquitectas Silvia Farriol y Anna Soler se encargaron del concepto, el proyecto y la dirección, mientras que Miquel Llevat se ocupó de la coordinación de los vehículos expuestos.
El material a exhibir, además del procedente de la exposición "Le temps des gares", incluiría una colección de material antiguo tanto de Barcelona como del resto de Cataluña y de España relativo a parque móvil, fotografías, carteles, publicidad, billetes, planos y proyectos. Dadas las dimensiones requeridas para ello, se eligieron dos ámbitos: el antiguo mercado del Born y parte de la estación de Francia.
La inauguración tuvo lugar el sábado 31 de enero de 1981 con la presencia de representantes y autoridades de las instituciones, empresas y entidades participantes en el proyecto, incluido el presidente del Centre Georges Pompidou, Jacques Mullender, así como del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol y del alcalde de Barcelona, Narcís Serra. Ambos coincidieron en la necesidad de que la ciudad dispusiera de un museo del transporte, cuya sede se preveía para aquél entonces en la estación del Norte, clausurada desde 1972.
El antiguo mercado del Born se había rehabilitado parcialmente para acoger la exposición. De los dos recintos éste era el más importante, pues allí se organizó un concurso infantil sobre el tren por parte de RENFE, se habilitó un espacio dedicado a proyectar películas sobre temas ferroviarios, y el Centre d'Estudis del Modelisme de Vapor instaló un pequeño circuito en el cual circulaba un tren de vapor construido a escala en el cual se podía viajar. Además, S.P.M. Transports de Barcelona estableció un servicio especial de autobús entre la plaza de Cataluña y el mercado del Born que circulaba los domingos que duró el certamen, cubierto con un vehículo histórico restaurado para la ocasión: el imperial número 410, un Aclo Regent Mark III.
En cuanto a material móvil se refiere, el interior de la nave acogió algunos vehículos de la antigua Tranvías de Barcelona, concretamente el coche número 870 del año 1924, la jardinera número 129 del año 1906 y reformada en 1951, y un "Manolete" número 1250 del año 1943. La S.P.M. Ferrocarril Metropolità de Barcelona cedió el coche motor número 131 del año 1926 repintado con sus colores originales, y el coche remolque R-357 del año 1962. RENFE exhibió el coche de viajeros número 1606 del año 1931 y que había pertenecido a la antigua compañía Caminos de Hierro del Norte de España. Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, por su parte, expuso el coche salón A-1 del cremallera de Montserrat del año 1892; el coche salón A-51 del cremallera de Núria del año 1930; el coche motor número 301 del año 1921 de los antiguos Ferrocarriles de Cataluña; la locomotora Berga número 41 del año 1902 perteneciente a los antiguos Ferrocarriles Catalanes; y un tren mixto del año 1925 compuesto por un coche de pasajeros C116 de 3ª clase, un furgón y un vagón abierto, también de los antiguos Ferrocarriles Catalanes.
La Estación de Francia, que habilitó algunas de sus vías y andenes para la acoger la certamen, acogió básicamente material ferroviario propiedad de RENFE, concretamente la locomotora 120-2112 (ex-MZA número 168) procedente de la antigua compañía del ferrocarril de Barcelona a Martorell; la locomotora 030-0233 Caldes; la locomotora 030-2013 (ex-MZA número 246) construida en 1857 en Leeds; la locomotora 141-F Mikado de 1953; el "Tren del Centenario" cuya composición estaba formada por la locomotora y tres coches de pasajeros, siendo una reproducción del año 1929; el coche-cama modelo T2 de RENFE; la locomotora eléctrica número 7001 de la Compañía del Norte, del año 1928; la locomotora eléctrica número 1003 construida por CAF para la línea Ripoll-Puigcerdà; y la locomotora eléctrica serie 269 de RENFE de la primera serie del año 1973.
La exposición, que permaneció abierta desde las 10:00h. hasta las 21:00h. tuvo un notable éxito de público, formándose largas colas de visitantes, pues a los diez días de su inauguración la habían visto 60.000 personas, y el 19 de febrero supero las 100.000 entradas vendidas.
El 1 de marzo la exposición terminó con un viaje especial de Barcelona a Mataró con un tren histórico formado por una locomotora a vapor y siete coches, cuyos pasajeros pudieron participar gracias a un sorteo celebrado los días 16 y 19 de febrero. En este viaje asistieron además los responsables de la organización del certamen y representantes de las principales autoridades. Al llegar a la capital del Maresme, la comitiva se dirigió al Ajuntament de Mataró para presentar públicamente el anteproyecto de modificación del trazado ferroviario entre dicha ciudad y Calella.
Aunque la exposición "Trens i estacions" tuvo un cierto eco mediático y el público en general respondió favorablemente, tras treinta y cuatro años de haberse celebrado el evento, la materialización de un museo del transporte en Barcelona todavía es una asignatura pendiente y un deseo encomiable que se haga realidad lo más pronto posible para evitar la pérdida de un patrimonio que es de todos y parte importante de nuestra historia.
Fotos: Joan Antoni Solsona, Pere París.