sábado, 27 de marzo de 2010

Sobre las memorias de Francesc Cambó

Hace poco he terminado de leer un magnífico libro de memorias del político catalán Francesc Cambó i Batlle, con el cual, al llegar a la última página llegas a la conclusión de que hoy día la clase política ya no tiene el nivel de las antiguas generaciones, y de que en la actualidad se censuran ciertas opiniones hacia determinados personajes históricos. De ahí que algunos nombres ilustres, como el que aquí me refiero, se hayan optado por enterrarlos. Cambó, con tan solo 18 años ya participaba en charlas políticas, y a los 25 años hacía grandes discursos que provocaban la ovación de la gente. ¿Dónde encuentras en la actualidad a genios de esta índole? ¿Tienen jóvenes políticos como Albert Rivera (de 31 años) y Joan Herrera (de 38 años) el nivel y el talento de Cambó cuando tenía sus mismas edades? Si hoy día levantara la cabeza y ambos tuviesen una dialéctica en el Parlament de Catalunya ¿Serían capaces de vencerle y de anular sus argumentos?
Los tiempos cambian, y en política la calidad intelectual ha ido menguando una generación tras otra, aunque esto parezca un tópico. Basta con ver cuál es la situación actual. El señor Cambó habla en su libro de políticos e intelectuales catalanistas como Torras i Bages, Verdaguer i Callís, Prat de la Riba (que por lo visto era otro “monstruo” en cuanto a prodigio se refiere), Ventosa i Calvell, Puig i Cadafalch y Domènech i Montaner, y de otros a nivel nacional como Eduardo Dato, Cánovas del Castillo, José Canalejas y Antonio Maura. Con la labor que describe de cada uno de estos personajes te das cuenta de que se trata de una gloriosa generación de políticos que, una vez muertos, nunca más se han vuelto a repetir porque no han tenido sucesores del mismo nivel y carisma. Esta gente, a diferencia de los actuales, eran además auténticos intelectuales, estadistas e ideólogos que filosofaban e incluso escribían tratados. Fueron unos auténticos profesionales de la política que sentían sus ideas y expresaban con sus trabajos sus profundas y extraordinarias convicciones. En definitiva, hacían lo que hacían porque creían en ello de verdad, con independencia de que se estuviese de acuerdo o no con sus ideas.

Cambó fue un hombre profundamente catalanista y nacionalista. Su nacionalismo regionalista resultó una fórmula ideal pero en parte fue coyuntural a unos tiempos. Era una época en que la política estaba corrompida y en Cataluña imperaba el caciquismo. Entonces dicho modelo nacionalista surgió como una fórmula para unir las cuatro provincias que tenían una lengua y una cultura comunes con el propósito de evitar la dispersión, elaborar un proyecto común y crear una conciencia social hacia Cataluña así como la difusión de los valores de catalanismo. A diferencia de la actualidad, eran precisamente los partidos de izquierdas y los grupos anarquistas los que se declaraban anticatalanistas, y no los de derechas. Antonio Maura simpatizaba con la Lliga Regionalista y Eduardo dato llegó a aprobar el establecimiento de la Mancomunitat de Catalunya, institución la cual Cambó aseguró que daba mayor autonomía y autogobierno que la Generalitat. ¿Y si tenía razón?
Muy poca gente sabe que su modelo nacionalista, a pesar de los escollos y de los problemas que llegaron a surgir, funcionó e incluso fue bien visto por casi toda España, pues se veía a Cataluña como un modelo de referencia a imitar y como un ejemplo de renovación, regeneración y modernización de la política adaptada a los nuevos tiempos. Solamente los partidos de izquierdas y algunos focos más rebeldes ubicados en Madrid se opusieron, así como políticos como Juan de la Cierva, profundamente anticatalanista. Prácticamente ha sido la única vez en la historia que el nacionalismo catalán haya sido visto con buenos ojos fuera de Cataluña. La razón se debió a que no rompía esa “unidad” de España porque no rechazaba al estado y porque aceptaba a la Monarquía (a pesar de algunas diferencias con el rey Alfonso XIII) como la institución que aseguraba y garantizaba esa “unidad”. Es de Cambó el lema “ni separatismos ni asimilación”, un catalanista y nacionalista que se consideró a sí mismo como un gran patriota catalán y a la vez un gran patriota español, orgulloso de haber servido a Cataluña a través de la Lliga Regionalista “fent país” y también a España como ministro de Hacienda y de Fomento. Pocas veces un catalán nacionalista había tenido tanto prestigio y respeto por todo el país, incluso en territorios como Madrid y Extremadura. Posiblemente el último que también logro alcanzar esta cumbre haya sido Josep Tarradellas.

Cambó, en sus memorias, se ve un hombre realmente muy conservador, muy de derechas, incluso un poco autoritario, favorable a la pena de muerte y a la aplicación de la mano dura para restablecer el orden, y católico practicante. Si hoy día viviera, muchos le tacharían de “facha” e incluso de “traidor a Cataluña” a pesar del amor que profesó hacia su tierra, pues en realidad jamás dejó de ser un “català de la crosta”. Sin embargo, de la manera como narra sus memorias, se observa a la vez un hombre autocrítico, sin grandes ínfulas de superioridad a pesar de hacer referencia a sus éxitos y a su prestigio, e incluso sensible y hasta irónico, llegando en este último caso a arrancarte más de una sonrisa.
Con respecto a su conservadurismo, en sus capítulos se puede llegar a entender por qué él era así. Nunca simpatizó con las izquierdas porque, según decía, odiaba la demagogia. Su punto de vista hacia los partidos de izquierdas y hacia políticos también de izquierdas es lo que hoy día se ha camuflado porque no interesa decirlo en voz muy alta. Así, por ejemplo, definía a muchos grupos de izquierdas y anarquistas casi como a terroristas por sus actos de violencia hacia los monárquicos y los conservadores e incluso hacia quienes se opusieran a sus ideas, llegando a usar desde piedras hasta cuchillos y pistolas para intimidar y boicotear. En cuanto a personajes destacados, definió a Alejandro Lerroux como el rey de la demagogia, a Francesc Macià como a un hombre muy irascible de impulsos y reacciones primarias, a Pablo Iglesias como un hombre de muy mal genio e incluso violento, a Ferrer i Guàrdia como a un inculto que se hizo millonario gracias a haber heredado la fortuna de su abuela, y a Lluís Companys como a un hombre radical de connotaciones reaccionarias… ¡que en el pasado había sido incluso anticatalanista! ¿Quién se atrevería hoy día a decir en voz alta estas opiniones de estos políticos que parecen tan sagrados e intocables?

Cambó fue además muy crítico con la Segunda República. Para él, aquí empezó la decadencia de la política que daría origen al (mal) modelo actual tan desprestigiado del cual la sociedad tanto desconfía. Aseguraba que la mayoría de partidos republicanos en realidad solo lo eran por conveniencia, y que muchos políticos no tenían las convicciones que la doctrina de su partido establecía, de modo que a partir de la Segunda República dejaron de ser unos intelectuales para pasar a ser unos meros “políticos de oficio” en tanto que la política se convertiría en una profesión para ganarse la vida y nada más, pasando las ideas del partido en un plano secundario.
Sin embargo, a pesar de su fuerte conservadurismo, de su rectitud moral y de su talante severo, era contrario a las dictaduras. Tanto el régimen de Primo de Rivera como el de Franco los consideró unos lastres para España. Se ha hablado acerca del apoyo de Cambó hacia Franco. Se trata de una verdad a medias. Dicho apoyo se debió a qué creía que la Guerra Civil se hacía para restablecer la Monarquía y llegar a un orden constitucional anterior al de 1923. Sin embargo, al ver que no fue así y que el resultado degeneraró hacia un régimen dictatorial, se desengañó profundamente y se exilió.

Cambó nunca dejó de ser un gran catalanista. Sin embargo, políticos como él han dejado de ser bien vistos en la actualidad porque casi todo movimiento nacionalista ha optado por hacer un giro independentista. Y encima, bastó con que José María Aznar hablara del catalanismo ejemplar que profesó, con lo cual, gracias a ese uso pervertido de tan insigne figura, ha sido perfecto para enterrarlo y olvidarlo. Lo mismo ha sucedido con Tarradellas, de quien hablan muy bien partidos antinacionalistas como Ciutadans, siendo algo a mi parecer incomprensible.
Actualmente, aplicar el nacionalismo de Cambó, igual que el de Josep Tarradellas, en parte no tendrían mucho sentido porque fueron coyunturales a unos tiempos y a unas circunstancias históricas que se dieron. Sin embargo, esos nacionalismos tuvieron cosas muy buenas por su capacidad de conciliación y de concordia con el Estado al no aceptar el separatismo pero tampoco la asimilación, y son esos y otros elementos que no se han recuperado ni han tenido continuación y que tal vez habrían permitido que el resto de España nos hubiese entendido e incluso nos hubiese respetado. De haberse aplicado, tal vez Cataluña volvería a ser la referencia española y mundial que fue una vez entre finales del siglo XIX y principios del XX desde un punto de vista político, cultural y económico. Era el auténtico “fer país” entendido no precisamente como una proclamación secesionista.
En la actualidad, hace falta esa renovación del catalanismo político, que recupere los valores y los principios de sus viejos maestros, concretamente aquellos que se puedan aplicar para regenerar la política y que permita establecer una conciliación y una concordia con el Estado, y sobre todo es necesario forjar a un nuevo grupo de hombres y mujeres intelectuales políticos y artistas que, como los antiguos, tengan sólidas convicciones ideológicas, resuciten aquel pasado glorioso de Cataluña y conviertan a esta “nación histórica” nuevamente en el motor de España y un punto de referencia mundial.

domingo, 21 de marzo de 2010

¿Quina Diagonal volem?

MANIFESTACIÓ "DIAGONAL PER A TOTHOM". Font: www.tramvia.org
Darrerament es debat al voltant de la reforma de l’avinguda Diagonal de Barcelona. El projecte pretén una reforma d’aquesta via entre la plaça de Francesc Macià i la plaça de Mossèn Jacint Verdaguer, amb el propòsit de prioritzar el vianant i el transport públic per damunt del cotxe. En definitiva, es vol humanitzar i democratitzar l’espai d’aquest passeig. Malgrat que ara se’n parla i aviat es procedirà a fer una consulta popular, la idea no ve d’ara sinó de més lluny, de l’any 1989, arrel de la proposta de fer passar el tramvia pel llarg de l’avinguda, i que uniria les actuals xarxes del Trambaix amb la del Trambesòs.
Es plantegen tres opcions. L’opció A seria la transformació en un bulevard, amb amples voreres laterals i calçades laterals per als automòbils més un espai central dedicat al transport públic (tramvia i autobusos) i a les bicicletes. L’opció B seria la implantació d’una rambla central, idèntica a l’existent entre la plaça de Mossèn Jacint Verdaguer i Diagonal-Mar. En els laterals circularien els automòbils, el transport públic (tramvia i autobusos) i les bicicletes. Finalment, l’opció C, consistiria en no efectuar cap mena de reforma i deixar l’avinguda Diagonal tal i com està ara, renunciant fins i tot a la implantació del controvertit tramvia.

OPCIÓ A: BULEVARDS. Font: El Periódico de Catalunya (19/03/2010)

Aleshores, quina seria l’opció més idònia a triar? No es tracta d’un plantejament fàcil. Ara bé, és necessari que la xarxa de tramvia s’estengui per la ciutat i arraconar prejudicis, que no són altra cosa més que tòpics deguts al desconeixement d’aquest mitjà de transport. No es tracta, tampoc, de criminalitzar ni de titllar d’ignorants als qui s’oposen, doncs és també una opció nat democràtica i legítima com les altres. Tant sols m’interessa plantejar un punt de vista, coincident amb els criteris de l’Associació per a la Promoció del Transport Públic (www.laptp.org). Aquesta entitat, fa pocs anys, va editar un decàleg pel qual calia “canviar el xip” en favor del tramvia, i crec que és perfectament aplicable al cas de l’avinguda Diagonal. Els punts a favor que van elaborar són:
1. Rapidesa. Bona velocitat comercial al anar per plataforma reservada i major cobertura territorial al efectuar més parades que el metro, que són més accessibles al trobar-se al carrer.
2. Democratització de l’espai públic, degut a què l’automòbil perdria la seva hegemonia en benefici de la ciutadania.
3. Rendibilització de l’espai. Així, per exemple, l’espai que ocupen 174 cotxes equival a 3 autobusos, que equival a un sol comboi de tramvia. És a dir, que no resta capacitat de transport.
4. Més seguretat, gràcies a la plataforma reservada, a la prioritat semafòrica i al poc espai que requereix per a frenar. Actualment es diu que els automòbils són cada vegada més ecològics i, qui sap si en un futur no gaire llunyà, deixaran de contaminar al no consumir combustibles derivats del petroli. Això seria una bona notícia de cara a contribuir a un món més net, però encara que s’arribés a aquesta fita, el cotxe continuarà essent insegur i contribuirà als col·lapses circulatoris, perquè només es resol una part del problema, no tot.
5. És independent al col·lapse. La xarxa d’autobusos és insuficient i pot arribar a autosaturar-se si es proposa com a únic mitjà per a reduir el trànsit d’automòbils. el reforç dels serveis és limitat. El cotxe privat és el responsable del seu propi col·lapse. Sovint, es parla de què manquen aparcaments i més carrers a Barcelona, doncs jo dic que sobren cotxes i que cal reforçar el transport públic. Així, per exemple, si per anar d’un punt A a un punt B qualsevol del territori es pot accedir còmodament amb transport públic, aleshores, per què s’ha d’agafar el cotxe?
6. Accessibilitat de persones de mobilitat reduïda i de bicicletes i cotxets.
7. Més ecològic, degut al seu alt rendiment energètic, al seu baix consum i a l’ús d’energies netes.
8. Més econòmic, en quant a construcció i manteniment.
9. Integrable urbanísticament i, a més, contribueix a la regeneració urbana d’espais degradats.
10. I és amic del vianant, perquè la seva convivència és fàcil, tal i com ho demostren els centenars de casos de ciutats europees. Resulta molt trist que en el nostre país volem ser més europeus que ningú, però mentre a l’estranger, quan es fa un projecte urbanístic la gent pregunta “per on passarà el transport públic?”, aquí encara ens preguntem en primer lloc “per on passarà el meu cotxe i on podré aparcar?”. I això és molt trist.

OPCIÓ B: RAMBLA. Font: El Periódico de Catalunya (19/03/2010)

Actualment l’avinguda Diagonal ha deixat d’ésser una via ràpida perquè aquesta funció la fan les Rondes. L’opció del metro o dels FGC és molt cara i les parades tindrien una equidistància superior a la del tramvia, impedint una acurada cobertura territorial. El tramvia, en canvi, té una capacitat de captació d’usuaris superior al metro a la vegada que atorga més espai al vianant i al transport públic.
Per tant, considero que el tramvia és imprescindible que hi sigui present i uneixi les dues xarxes actuals del Trambaix i el Trambesòs. No sóc, en canvi, partidari de suprimir o reduir els serveis d’autobús, ja que es un mitjà complementari indispensable que pot conviure perfectament amb el tramvia perquè desenvolupa unes funcions urbanes diferents. No es tracta de transvasar clients de l’autobús al tramvia, sinó de transvasar usuaris del cotxe al transport públic. Es parla de què el districte de l’Eixample haurà d’absorbir un gran volum d’automòbils que deixaran de circular per l’avinguda Diagonal. Doncs bé, enfront aquesta onada automobilística que tant amenaça la tranquil·litat de molts veïns, la solució passa per millorar la xarxa de transport públic per l’Eixample, amb una bona xarxa d’autobusos que disposin d’òptims carrils-bus per a la seva fluïdesa, així com prioritat semafòrica. Fins i tot, no s’hauria de descartar la possibilitat de crear nous serveis, alguns dels quals podrien esdevenir línies exprés, amb uns recorreguts en funció de la mobilitat regular de la xarxa d’automòbils. En resum, tota la xarxa de transport públic, malgrat les seves pròpies funcions, és complementària, i per tant tota la força no pot recaure exclusivament en el tramvia. Si l’autobús al seu pas per l’Eixample no es reforça ni es millora, poca cosa es podrà aconseguir. Cal evitar intervals de pas superiors als 10 minuts o més i les llargues esperes a les parades, i a les hores punta és necessari arribar a intervals de cada 5 minuts o menys, de manera que si una persona perd un autobús, tingui la tranquil·litat i la certesa que ben aviat n’arribarà un altre sense haver de témer a fer una llarga espera i a patir les massificacions de gent per vehicle que això comporta.

OPCIÓ C: SENSE REFORMAR. Font: El Periódico de Catalunya (19/03/2010)

Pel que fa a les opcions A, B i C, us diré que descartaria la C perquè optar a no fer res seria una molt mala i trista notícia, i per això em debatré entre les altres dues. L’opció A seria una votació amb el cap, al meu parer la més racional per les facilitats que donaria als vianants, als cotxes, al tramvia, a l’autobús i a les bicicletes, que tindrien una compatibilitat absoluta al llar de l’avinguda Diagonal. L’opció B seria una votació amb el cor, per la tradició que representaria tenir una rambla, la qual seria la més llarga de Barcelona i, possiblement, del món.
Però finalment, el meu vot serà per l’opció A. Tal i com argumenta l’Associació per a la Promoció del Transport Públic, el tramvia tindria un espai més dimensionat, l’autobús disposaria d’un espai reservat i d’elevades freqüències de pas, i les bicicletes podrien circular de manera protegida i aïllada sense interferir als vianants com ara passa. A més, un bulevard sempre resultaria més segur i confortable que no pas una rambla que es trobaria rodejada de trànsit a banda i banda. En definitiva, tots els elements (vianants, transport públic, bicicletes i automòbils) estarien protegits i segurs sense que uns interferissin sobre els altres. Això també facilitaria l’optimització de l’automòbil per al veïnat i el comerç, tot dedicant les calçades a la circulació i a espais destinats per als taxis i a zones de càrrega i descàrrega. A més de tractar-se d’una operació menys difícil i costosa, també contribuiria a salvar la majoria dels arbres de l’avinguda.
Ara només cal esperar l’obertura de la consulta i anar a votar.

jueves, 18 de marzo de 2010

EL TRAMVIA 48 JA HA FET LES PRIMERES 100 PARADES

El tramvia 48 ha fet, des de la seva creació, un total de100 parades. Un centenar d'articles d'opinió personal al servei de la ciutadania, oberts i accessibles per a tothom i destinats a obrir debat i a què cadascú digui lliurement la seva, tant a favor com en contra.

El tramvia 48 continua, doncs, el seu recorregut infinit decidit a poder fer encara moltes més parades al servei de les persones.

Agraeixo la vostra fidelitat per a tota la ciutadanía que fins ara s'ha muntat al tramvia i ha gaudit del seu itinerari, ple d'opinions de tota mena.

Continueu pujant, perquè sou i sereu l'ànima d'aquest blog i una demanda fidel a aquest mitjà d'Internet.

Una abraçada per la vostra amistat i fidelitat i moltes gràcies.

lunes, 15 de marzo de 2010

El Villarato no existe

Desde hace poco tiempo ha sido acuñada una nueva palabra dentro del vocabulario del fútbol español: Villarato.
Entendemos por Villarato el trato de favor que otorgan los árbitros hacia el F.C. Barcelona para que éste gane los partidos y encabece el liderato de la Liga, siempre a costa de perjudicar los intereses del Real Madrid. El término procede del apellido del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, el cual es quien presuntamente da las órdenes a los árbitros para que orquestren su trabajo sobre el césped a favor del equipo azulgrana y en contra de los blancos. El creador de este nuevo término y principal defensor de tal conspiración es el periodista y director del diario deportivo As, Alfredo Relaño.
Se dice que una de las razones por las cuales existe el Villarato es gracias a la estrecha amistad entre Ángel María Villar y el presidente del Barça, Joan Laporta, mientras que el presidente madridista, Florentino Pérez, apoyó la candidatura de Gerardo González.
En definitiva, que en el fútbol y en el deporte en general solo están arriba de todo de la clasificación los clubs más adinerados y quienes tienen más amistades hasta en el infierno, y cuantas más, pues más títulos lloverán. En España, la Liga siempre es cosa de dos.
No se puede negar que en determinadas ocasiones el F.C. Barcelona ha sido favorecido, pero indudablemente el Real Madrid lo ha sido en muchas más a lo largo de la historia, y usado perversamente y apadrinado como icono de la hispanidad cuando gobiernos nacionalistas de estado y autoritarios han estado en el poder.

Favoritismos aparte, el F.C. Barcelona ha ganado merecidamente todos los títulos que ha conseguido, pues por su condición y sus circunstancias ha tenido mayores dificultades que otros grandes clubs. Y eso no es precisamente victimismo como quieren hacer creer. Nunca he dudado de los méritos propios del Real Madrid por haber logrado ese magnífico palmarés que ningún otro equipo del mundo ha podido igualar. Algunos testigos me aseguran que en los años de las cinco ligas y Copas de Europa consecutivas el equipo era un auténtico crack futbolístico, y no lo dudo. Sin embargo, eso no quita que paralelamente el contexto histórico le favoreciera porque era el equipo de la capital del imperio. Y para ello basta con comprobar los títulos ganados por el Barça en años de democracia respecto los conseguidos en los años de dictaduras.
En estos momentos, por el goal average, el Real Madrid encabeza la clasificación de la Liga, y aspira a poder ganar el título. Aunque ha sido eliminado de la Champions League y de la Copa del Rey, un mal equipo perjudicado por el arbitraje difícilmente puede situarse en primera posición, así que por ser que hay un Villarato no parece que las cosas vayan tan mal. Eso sí, los próximos partidos que pueda perder el club blanco y que conlleven al Barça a ganar la Liga seguro que lo atribuirán al arbitraje. Y es que las afinidades hacia un equipo u otro hacen ver favores y prejuicios a donde no los hay. Todo depende del punto de vista y de qué equipo seas. Así que, ¿Villarato?, pues no, porque no existe.

viernes, 12 de marzo de 2010

Miguel Delibes: adiós al último maestro de la literatura como arte

Ha fallecido el ilustre escritor en lengua castellana Miguel Delibes Setién, a los 89 años de edad. Con su desaparición nuestro país pierde al último gran maestro de las letras hispánicas y a uno de los más destacados de la literatura a nivel mundial. Se pierde también a un novelista que perteneció a una generación de intelectuales con un nivel cultural y una capacidad de expresión hoy día especialmente difícil de encontrar, pues la mayoría de los literatos actuales no tienen ni mucho menos el rango que Delibes llegó a adquirir. Sin lugar a dudas, escuchar sus entrevistas era un auténtico espectáculo por su maestría en el arte de saberse explicar y a la vez una lección de cómo hablar en público.
Autor de novelas sólidas, seguras, bien explicadas, bien estructuradas y bien argumentadas, a menudo usando un riquísimo vocabulario formado por un sinfín de términos desconocidos para la mayoría de ciudadanos, incluso llegándose a dar el caso de profesores en lengua y literatura castellana que terminaban por recurrir al diccionario para comprender el significado de algunos términos.
Ha sido también autor de obligada referencia para estudiantes de bachillerato y enseñanza secundaria así como universitaria especializados en filología y humanidades. Tuve el placer de leer “El camino”, “Las ratas” y “Los santos inocentes”, siendo está última la obra que más me gustó por el perfecto reflejo hiperrealista de la España rural y profunda y el inmenso repertorio de un vocabulario para mí desconocido. Cada libro suyo, por su complejidad y por la manera tan amorosa en que ha sido forjado y trabajado, constituye una auténtica obra de ingeniería aplicada a las letras.

Si bien es una lástima que Delibes, dejando atrás un total de 66 obras, se haya marchado de este mundo sin haber recibido el premio Nobel de literatura, su calidad es sin embargo equiparable a la de un Nobel y con un nivel a la altura de sus cinco compatriotas que sí tuvieron el honor de recibirlo: José Echegaray (1904), Jacinto Benavente (1922), Juan Ramón Jiménez (1956), Vicente Aleixandre (1977) y Camilo José Cela (1989). A lo largo de su vida recibió 22 galardones, ocupó la letra “E” como miembro de la Real Academia Española de la Lengua en el año 1973, y actualmente existe una Cátedra Miguel Delibes con sedes en las universidades de Nueva York y Valladolid.
Hombre noble, hospitalario e inteligente para quienes le conocieron en persona, fue también una persona sin prejuicios. Así, por ejemplo, no tuvo reparo alguno en que algunas de sus novelas fuesen traducidas al catalán, incluso se cuenta la anécdota de que llegó a pedir que le leyesen en voz alta un fragmento de una de sus obras porque quería escuchar como sonaba en dicha lengua. Por lo visto, quedó satisfecho.
Solo desear que su muerte, que no ha sido en vano por todo a lo que ha contribuido a su paso por este mundo, sirva también para reconciliarse con la lengua castellana que tan mal se emplea a nivel popular y de la que tantas obras mediocres se han escrito por parte de escritores comerciales, y para concienciarse de que absolutamente todas las lenguas de nuestro país son un excelente canal de comunicación de igual valor patrimonial cuyo debido uso contribuyen a la culturización y al enriquecimiento, siendo absurdo el desprecio de cualquiera de ellas.

sábado, 6 de marzo de 2010

Con radicalismos y prohibiciones no se arreglan las cosas

Patéticos me han parecido los sucesos acaecidos recientemente el pasado jueves día 4 del presente mes en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) en relación a los actos de protesta con motivo de la visita a dicho campus de la líder del partido político Unidad Progreso y Democracia (UPD), Rosa Díez, cuyo propósito era dar una conferencia en la Facultad de Ciencias Políticas. Los responsables de los altercados han sido un grupo de independentistas radicales que han hecho todo lo posible para boicotear el acto, el cual finalmente tuvo lugar en otra aula para mayor seguridad. Al terminar, una lluvia de gritos y objetos varios cayeron sobre la diputada, cuando marchaba de la UAB rodeada de guardaespaldas.
No es la primera vez que en la UAB un grupo de estudiantes radicales se dedica a boicotear a determinados políticos para impedirles su presencia. Anteriormente corrieron la misma suerte el ex-lehendakari Juan José Ibarretxe y años atrás políticos como Aleix Vidal-Quadras, Narcís Serra, el desaparecido Jordi Solé Tura y José María Aznar, cuya visita de éste último provocó una fuerte y violenta actuación policial.
Desde un punto de vista de imparcialidad política, y con independencia a que pueda simpatizar o no con esta mujer y con las ideas de su partido, las actuaciones de este grupo independentista radical, que no representa a la totalidad de estudiantes del campus de Bellaterra, son inapropiadas y contribuyen a desvirtuar y a desprestigiar la imagen de una universidad que históricamente ha sido conocida por sus luchas antifranquistas y en defensa de la democracia y las libertades. Con ello se cumple desgraciadamente aquella frase que dice “los libertadores de hoy serán los fanáticos de mañana”.

Estoy de acuerdo que un determinado personaje de la política pueda generar odio y rechazo, pero de ahí a intentar prohibir su presencia y a que realice una conferencia es un verdadero error que vulnera la libertad de expresión. Este colectivo de estudiantes parece que tiene posesión de la verdad y poder para decidir sobre los demás quien puede venir o no a la UAB. Democracia significa no solo poder deleitarse de todos aquellos ideales y opiniones que nos gustan y de los que nos sentimos identificados, sino también aceptar aquellos de los que no estamos de acuerdo por desagradables que nos puedan parecer. No es obligatorio tener que pensar de una manera determinada. Este es el juego de la libertad de expresión, pues en caso contrario, si solo presionamos para que predominen ciertas ideas y nunca otras, la democracia automáticamente desaparece y pasamos a un sistema autoritario. Aunque discrepemos de ciertas opiniones e ideologías, ello no justifica tener que ahogar a estas personas porque no nos gusta su manera de pensar. El valor de un ser humano no radica en sus ideas políticas, de lo contrario engendramos un nuevo sistema clasista donde un ciudadano pasa a ser de segunda o de tercera si no aprueba o está de acuerdo con determinados ideales. Todo el mundo tiene derecho a expresar sus ideas y opiniones sin ser coartado o coaccionado, y es un deber tener que respetar para que exista una verdadera convivencia. De los políticos anteriormente citados se puede pensar lo que se quiera, desde que son magníficos hasta que son unos indeseables, pero nunca taparles la boca.
Es precisamente muy útil escuchar o leer las opiniones de quienes discrepamos, porque de ese modo podemos adquirir más y mejores argumentos para desacreditarlos que no si nos encerramos en una burbuja solamente en las ideas que compartimos como si no existiese mayor verdad que aquello en lo que creemos. Nadie está en posesión de la verdad absoluta y nadie tiene el cielo asegurado por pensar de un modo determinado. La consolidación de “lobbies” de poder y de “tribus” a quienes nunca puedes ni debes contradecir y que actúan sobre la sociedad, entidades e instituciones varias como un “Gran Hermano” que vigila y todo lo ve, rompe con las reglas de la democracia y lleva al radicalismo y al extremismo. La solución al problema es muy sencilla. Cuando venga un líder político la UAB para dar una conferencia, quien quiera ir que vaya, y quien no, simplemente que se vaya al bar, a la biblioteca o se tumbe en el césped del campus si hace buen día. Nadie te obliga a asistir.