domingo, 8 de julio de 2018

Muchas gracias Eduard y Antonio. Todos los barcelonautas van al cielo


Recibo con gran sorpresa el reciente fallecimiento de dos buenos barcelonautas: Eduard Domènech y Antonio Herrera. Ambos tenían en común su pasión por Barcelona y en particular su devoción por los barrios en los cuales residían. El primero vivió en el Congrés i el Indians y el segundo en La Verneda y Sant Martí, dos ámbitos muy distintos pero con numerosos relatos creados por sus propios vecinos y vecinas de toda la vida y que así han contribuido a enriquecer la historia local de la ciudad.
Tuve el placer y el honor de conocer a ambos personajes, y lamento profundamente no haber podido tratarlos más. La marcha prematura de personas así te deja con la miel en los labios, con la sensación de que algo ha quedado inacabado, de que nos ha faltado tiempo. La mayoría de vosotros no sabréis quienes fueron Eduard y Antonio, pero quienes los conocimos jamás nos cansaremos de valorar sus excelentes aportaciones en materia de historia y en materia documental, además de la habilidad que ambos tenían de atraer el interés por todo lo que ellos publicaban. Barcelona necesita a más gente que tome el ejemplo de ellos dos y continúe con este magnífico trabajo. Quienes amamos la capital catalana, es decir, los barcelonautas, y nos sentimos apasionados por su historia, su cultura, su gente, su arte y por muchísimas otras cosas más, en realidad formamos, incluso sin darnos cuenta, un gran equipo de trabajo, a la vez que de algún modo hemos renovado la manera de enseñar la historia, trasladando la profesionalidad de los historiadores a las capas más populares. Es por ello que hoy día a tanta gente con indiferencia de su formación académica y cultural tiene tanto interés por saber cómo fueron los barrios donde viven y por qué han devenido lo que son.


Eduard Domènech vivió desde muy joven en el Congrés i els Indians, un barrio formado por dos barriadas con diferente historia e identidad pero que comparten mucho en común. Lo recuerdo un hombre sonriente, siempre contento, cordial, amable, simpático, sencillo y humilde. Entablé amistad por primera vez gracias a la red social Facebook. Poco tiempo después, en una conferencia efectuada en mayo del año 2014 en el Casal de Barri Congrés-Indians lo conocí en persona. Desde entonces lo tuve como referente hasta el punto de ofrecerle la oportunidad de formar parte del equipo de colaboradores del Arxiu Històric del Congrés-Indians, entidad que forma parte de la Associació de Veïns/es del Congrés-Indians integrada como Vocalía d'Història. Agradeció la oferta, pero sus compromisos personales le impidieron colaborar presencialmente. Sin embargo, sí lo ha hecho a distancia a través del grupo Vivendes del Congrés-Barcelona que él mismo creó en Facebook. Las aportaciones en materia de fotografía han sido extraordinarias y en la actualidad constituye un tesoro gráfico que merece ser rescatado y conservado para la posteridad, pues son imágenes antiguas de gran riqueza informativa que no hicieron otra cosa que aumentar notablemente el número de personas agregadas al grupo y animar a los demás a publicar fotos procedentes de los fondos personales familiares, una documentación inédita que ayuda a explicar aspectos desconocidos del barrio. Eduard fue alguien muy querido, muy apreciado, pues caía bien a todo el mundo. Su ayuda y su aportación sobradamente demostrada merece que se le dediquen unas líneas en homenaje. Quienes lo han tratado durante mucho más tiempo que un servidor, pueden decir de él un montón de anécdotas entrañables. Desde aquí os invito a que lo hagáis.


Antonio Herrera lo conocí cuando se hizo socio del Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, entidad cultural sin ánimo de lucro que defiende y fomenta la memoria histórica local y el patrimonio de los barrios del distrito de Nou Barris, a la vez que ofrece al público actividades y un excelente fondo documental materializado en buena parte gracias a las donaciones vecinales. Tomando ejemplo de dicha entidad en la cual colaboro desde el año 1999, Antonio se inspiró y fundó el Centre d'Estudis de Sant Martí de Provençals, una merecida recompensa a más de ocho años recogiendo y estudiando la memoria histórica local de los barrios del distrito de Sant Martí. Fue un hombre socialmente muy activo, comprometido e implicado en temas de barrio. Colaboró en la Associació de Veïns/es del Clot-Camp de l'Arpa, en la Associació de Veïns/es de Sant Martí de Provençals y en la Associació de Veïns/es de La Verneda-Via Trajana, participando en todas aquellas reivindicaciones que contribuyeron a mejorar la calidad de vida de la gente. Fue también uno de los fundadores de una librería solidaria. Lo recuerdo un hombre abierto, activo, receptivo, sociable, de carácter agradable y cordial, con ganas de trabajar y de abrirse a nuevos proyectos vecinales y culturales, preocupado por las personas y muy reivindicativo por situar los barrios y las barriadas populares allá donde merecían estar, a la misma altura de otros lugares de Barcelona tradicionalmente más fomentados por el turismo. Participó en numerosos congresos y seminarios de historia de la ciudad, estableciendo intensas relaciones con otros historiadores, blogueros, escritores y, en definitiva, barcelonautas, con el fin de intercambiar experiencias y aportar su intensa labor.


No solo Barcelona sino sus gentes pierden a dos excelentes personas, pero su recuerdo y su trabajo quedarán plasmados para siempre con la esperanza que tras ellos se continúe esta magnífica aventura de descubrir la memoria histórica local de la ciudad, aquella que no cuentan los libros de texto ni la historia oficial pero que sin darnos cuenta la corrige, la mejora, la fomenta y la enriquece porque es la que forjamos día a día los vecinos y vecinas de toda la vida. Queridos amigos, nos volveremos a ver, no me preguntéis por qué lo sé ni en qué me baso, pero sencillamente lo sé, porque todos los barcelonautas van al cielo. Como decía el gran Freddie Mercury del grupo "Queen" en la última canción de su disco "Innuendo", show must go on, el espectáculo debe continuar. Y la historia local de los barrios de Barcelona debe continuar. Muchas gracias Eduard y Antonio.

Fotos: para la ilustración del presente artículo las imágenes han sido tomadas de los respectivos muros personales de Eduard Domènech y Antonio Herrera, sin ánimo de lucro y de todo corazón.

2 comentarios:

Miguel de Horta dijo...

El pasado 10 de mayo también nos dejó Mingo Borrás, cronista del barrio de Horta.

Ricard dijo...

Hola Miguel:

Muchas gracias por la información. A Mingo Borràs no tuve el placer de conocerlo pero por parte de quienes le conocieron fue también una magnífica persona que hizo una excelente labor histórica del barrio de Horta. Sus trabajos, concretamente sus libros, además de buenos, tenían ese tono entrañable y cercano al alcance de todos. Merece también ser recordado para la posteridad.
Un saludo.

Ricard