jueves, 24 de diciembre de 2015

Mensaje de NAVIDAD 2015


Amigos y amigas:

Una vez más nos hallamos ante estas fechas tan entrañables de las cuales siempre he tenido una especial debilidad. Celebrar la Navidad ha sido una tradición que he bebido desde mi entorno familiar y de la que no puedo evitar sentir como algo especial. Es para mí un patrimonio intangible de la humanidad que jamás debería perderse, y cuyo sentimiento tendría que extenderse siempre para todos los días del año.
Y como es costumbre, además de cortesía en estas fechas tan entrañables, quiero expresaros mis mejores deseos de paz, amor, prosperidad y felicidad.
Terminamos un año que bajo mi criterio personal y subjetivo ha sido monótono pero a pesar de ello positivo, del cual he obtenido algunos aprendizajes. Desgraciadamente he continuado sin una estabilidad laboral que permitiría reactivar algunos de mis proyectos. Sin embargo, he tenido la oportunidad de trabajar puntualmente durante varias ocasiones en calidad de guía de rutas urbanas, además de colaborar regularmente como hago desde hace dieciséis años en el Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris. Todo ello me ha dado una experiencia de gran valor cuya riqueza cultural e intelectual adquirida podré invertir para el futuro. Siempre agradeceré a esta entidad de Nou Barris, toda una institución popular y cultural del distrito, las oportunidades que me ha brindado para formarme como persona y como profesional. Afortunadamente, he recibido la buena e importantísima noticia de la posibilidad de incorporarme a muy corto plazo en un trabajo estable, tal vez transcurridas estas fiestas. Ello me llena nuevamente de autoestima y de ilusión tras unos años de incertidumbre y malestar personal, y me lleva a recordar la frase "Decíamos ayer..." que tanto popularizó el mítico Fray Luís de León tras salir de prisión.


En el ámbito familiar quiero manifestar una vez más mi orgullo de formar parte de la familia Fernández Valentí, pues creo que somos ejemplo de buenos valores y que ante tantas y desgraciadas situaciones de rupturas y distanciamientos, tristemente a la orden del día, quedan pocas familias como la mía, por supuesto con nuestras virtudes y defectos, con nuestras alegrías y problemas. Es reconfortante ver que nos tenemos entre nosotros y que gozamos de buena salud.
No quiero olvidarme de hacer referencia a la entrañable familia Costantitni Urue con quien pasé unos años formidables de mi vida trabajando en su magnífica tienda de periódicos antiguos "A la Premsa d'Aquell Dia". Siempre les estaré infinitamente agradecidos por todo lo que hicieron por mí y por mantener esta buena amistad y estimación por encima de todo. Aprovecho la ocasión para recomendaros que paséis por este establecimiento y optéis como regalo original para esta Navidad o Reyes un periódico o revista del día de nacimiento de vuestros seres más queridos. Os garantizo que no quedaréis defraudados.


Puedo presumir, siempre desde la modestia que me caracteriza, de tener muchas amistades con las cuales me enriquezco y me permiten tener diferentes puntos de vista de la vida y de este mundo. Ello te hace descubrir la existencia de una diversidad y heterogeneidad infinita desde el punto de vista social y cultural. Los valores de la tolerancia y el respeto posibilitan disponer de amistades variadas sin distinción de edad, sexo, orientación sexual, raza, lengua, procedencia, religión o ideas políticas. Conocer de cerca tanta diversidad te enseña que las personas somos más iguales de lo que nos podamos imaginar porque compartimos rasgos universales que nos acercan y nos convergen hacia valores comunes.
El panorama mundial presenta una larga etapa de cambios que se inició desde el comienzo de este nuevo siglo. Nada volverá a ser lo que era, para bien y para mal. Deseo que esta crisis económica y financiera termine y vuelva nuevamente la estabilidad, por bien que en realidad nunca he creído en ella sino que en realidad sostengo que ha sido un montaje mundial de las clases dominantes para recuperar sus privilegios ante el avance de la democracia y de los derechos humanos en el mundo. Siempre habrá vencedores y vencidos, dominantes y dominados. Y un nuevo orden mundial, aunque pueda ser más equilibrado socialmente y sostenible medioambientalmente, conservará inevitablemente las viejas estructuras clasistas. Por ello, nuestra felicidad no puede depender del contexto mundial porque de lo contrario perderemos años de nuestra vida que hubiésemos podido aprovechar. A pesar de las adversidades y las restricciones, se puede prosperar y ser alguien importante, incluso contribuir a levantar un país. Nada es eterno y todo puede cambiar porque el tiempo es como Dios, imparable y capaz de borrar de un plumazo lo más inalterable y derrocar a los más fuertes y poderosos.


No deseo pensar en el futuro, el cual veo con muchas dudas e incertidumbres, pero a la vez positivo y esperanzador por encima de todo. Soy consciente de que viviré momentos de gran alegría y satisfacción, e inevitablemente algunos de dolor y tristeza porque es ley de vida. Solo el presente existe para vivir y disfrutar, para aprovechar al máximo posible las oportunidades que nos pasen por delante, arriesgándonos a abordar aquello que deseamos y que merece la pena intentar, valorando todo lo que tenemos por poco y modesto que sea.
Quisiera recordar a aquellas personas que nos han dejado pero que siempre estarán entre nosotros y a las cuales, en base a mi fe personal, tengo la convicción de que algún día las volveré a ver. Desde aquí deseo enviar un cálido homenaje a mi gran amigo Jordi Vilalta Fernández, compañero y colaborador del Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris cuya pérdida ha sido irreparable. Lo recordaré como alguien de quien aprendí muchas cosas, que supo entender mis ideas y mi manera de ser y valorarme como pocos lo han hecho. También quiero volver a recordar a mi amigo Carles Salmerón i Bosch, el hombre que despertó mi estímulo por la escritura y publicación de libros de transporte, a quién consideré mi maestro por ser un referente digno de imitar, y con quien entablé una relación más allá de la cordialidad.


Aprovecho la ocasión para agradecer la fidelidad de aquellas personas que pacientemente siguen mi blog, a quienes les prometo nuevos e interesantes artículos de opinión, actualidad e historia local. Finalmente, quisiera concluir mi mensaje dirigiéndome a mis familiares, a mis amistades, a quienes me conocen y me siguen, y también a toda persona ciudadana anónima de cualquier rincón del mundo, para fundirme en un fuerte abrazo y desearos de todo corazón que paséis una Feliz Navidad y tengáis un Próspero Año Nuevo 2016.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bones festes i bon any, Ricard i companyia!

Ricard dijo...

Gràcies. Igualment. Una abraçada.