martes, 30 de abril de 2013

Pregón de un catalán a la comunidad andaluza



Estimados ciudadanos andaluces:
Como cada año durante estas fechas se celebra la tradicional Feria de Abril en Cataluña. Esta fiesta tiene una proyección que va más allá del ámbito local, porque además de ser una expresión de vuestra personalidad y una reafirmación como comunidad, sirve para el entendimiento y la concordia entre Cataluña y Andalucía. Los vínculos entre ambas tierras, también consideradas nacionalidades históricas por su fuerte personalidad, son muchos y proceden de muy antiguo. Pocos saben que la Feria de Abril es obra y gracia de un catalán, Narcís Bonaplata, junto con un vasco, José María de Ybarra, que en 1846 propusieron la celebración de una feria ganadera en Sevilla. Nadie podía imaginarse por aquel entonces que la semilla de aquella idea evolucionaría hacia la mayor expresión social, cultural, festiva, gastronómica y folclórica de España, conocida también en el mundo entero.
No fue hasta el año 1971 que una comunidad andaluza asentada en Cataluña decidió hacer realidad esta fiesta, que no solo es de los andaluces sino también de todos, como también lo es toda festividad catalana. Esta reciprocidad cultural ha sido la mejor herramienta para permitir el conocimiento y el acercamiento de ambas comunidades, contribuyendo a limar diferencias y a eliminar prejuicios y estereotipos.


Por tradición histórica, la sociedad andaluza de Cataluña se ha caracterizado por ser trabajadora y luchadora. Su mano de obra ha sido fundamental e imprescindible para el desarrollo económico. Conjuntamente con otros compatriotas allegados de otras tierras de España, hicieron realidad la construcción de viviendas, carreteras, ferrocarriles, los pabellones de la Exposición Internacional de 1929, la red de metro y muchas e importantes obras públicas de las ciudades y los pueblos del principado. Igualmente, como mano de obra en los años dorados de la industria así como en la expansión de comercios y servicios, sobrevivieron y sufrieron bajo tiempos muy duros para que las próximas generaciones viviesen mucho mejor y como se merecían. Ello nos enlaza con el talante luchador, cuya finalidad ha sido disponer de una óptima calidad de vida. A través de las numerosas luchas vecinales lideradas por hombres y mujeres con fuerte carisma y personalidad, ha sido posible disponer en las barriadas obreras surgidas en el Desarrollismo de vivienda digna, calles urbanizadas, transporte público, escuelas, plazas públicas, ambulatorios, bibliotecas, jardines, centros culturales, polideportivos y lo más importante de todo: el derecho a voz y voto para decidir cómo vivir, la clave de la democracia participativa, que es la democracia real. Pocas culturas tienen un sentimiento de comunidad tan fuerte como esta.


Los acontecimientos que la historia nos ha dejado escrita son una muestra clara y evidente de la amistad, la cordialidad, el interés y la estimación de la comunidad andaluza en Cataluña hacia nuestra tierra. Hoy, los descendientes de aquellas primeras generaciones, muchos de ellos hijos de matrimonios entre catalanes y andaluces, pueden atestiguar y confirmar unos hechos visibles y objetivos porque han recogido los frutos maduros de todos los años de lucha y trabajo. Antaño fueron llamados “nuevos catalanes” como acuñó el entrañable Francisco Candel, y ahora los supervivientes de quienes emigraron de Andalucía a Cataluña hacen suya aquella canción que dice “soy catalán de corazón y andaluz en el alma”.
El contacto con otras culturas ha permitido que Cataluña sea en el presente una tierra culturalmente muy rica, tanto por sus manifestaciones autóctonas como por las importadas de las cuales se ha tomado lo mejor de ellas hasta el punto de forjar nuevas expresiones antes inexistentes. La rumba catalana sería un claro ejemplo de esta transferencia y transformación cultural.
Una vez tuve el placer de pisar Andalucía, concretamente Córdoba y Sevilla. De eso hace ya mucho tiempo, pues han transcurrido casi treinta años. Tras un largo y cansado viaje regresé a Barcelona con la impresión de haber visitado una bella tierra, con buena comida y una gente de buen trato, amable y cordial. En un futuro no muy lejano espero poder volver para conocer el resto de esta tierra. Pero lo más importante es que espero regresar a Barcelona con la misma o con mejor impresión.


Los años de convivencia con la ciudadanía catalana han derivado hacia una perfecta integración, en tanto aceptación, adaptación y participación del hecho catalán sin perder ni las raíces ni la identidad. Es por ello que a todos los ciudadanos andaluces asentados en Cataluña que estos días participan de su mayor fiesta, m’agradaria poder-vos dir en català perquè així em surt del cor i perquè sé que m’entendreu: moltes gràcies per tot allò què heu fet per nosaltres, per tot el què ens heu donat, per tot allò que ens heu ensenyat, per tot el què ens heu transmès, per quan ens heu estimat i, sobretot, per haver fet de Catalunya la vostra terra d’acollida.
Salutacions cordials d’un fill de mare catalana i de pare andalús. Que gaudiu de la festa i que no es trenqui mai l’enteniment i la concòrdia entre nosaltres.

3 comentarios:

Mª Trinidad Vilchez dijo...

Hace muchos años íbamos con mi hermano Paco, fallecido en el 2000, y varios amigos a la Feria de abril en Santa María de Barberá, y nos lo pasábamos en grande, la verdad es que a esta feria en la zona esta, no he ido, ya no estoy para esos saraos, además va mucha gente y casi siempre llueve, una amiga fué hace unos años y los zapatos los tuvo que tirar...Y es que nos hacemos mayores y lo que nos gustaba...Ahora no.
Esa fiesta es cosa de jóvenes.
Un abrazo, pero estupendo y fabuloso post, tú siempre te acuerdas de todos.

Ricard dijo...

Gracias por tu comentario. Estas semanas he estado muy ocupado y ahora espero poder renovar el blog más a menudo. Un abrazo.

Anónimo dijo...

lo que es vergonzoso es que te roben a mano armada y sin miramientos. Dos cañas y un plato de pescaditos...... 21 (ventiun )€. A mi personalmente ya ne han visto mas