miércoles, 26 de septiembre de 2012

A los 50 años de la inundaciones del Vallès

 
Se cumplen cincuenta años de las inundaciones del 25 de septiembre de 1962 acaecidas en Cataluña y recordadas como la mayor catástrofe hidrológica de España. Una tromba de agua arrasó barrios como L'Escardívol y La Font de la Via de Rubí, Les Arenes y la Rambla de Terrassa, Los Rosales en Sant Quirze, Les Fonts entre Sant Quirze y Terrassa, La Catalana de Sant Adrià de Besòs, y Torre-Romeu, Can Puiggener, La Plana del Pintor y Campoamor, en Sabadell. El balance final fue de 815 víctimas mortales, incluidos los desaparecidos, y 2650 millones de pesetas en pérdidas. Todo ello sucedió a causa de una avenida súbita de los ríos Llobregat y Besòs y sus afluentes en su parte baja. En total se registraron 212 mm. en menos de tres horas con una intensidad máxima de 6 mm/min. Precisamente dicho episodio tuvo lugar después de una larga sequía. Luego, tras las tormentas y los gritos, imperó la muerte y el silencio entre un gran desierto de fango y destrucción.
Ante aquella desgracia, el régimen franquista no tardó en reaccionar. El mismo general Franco se desplazó hacia los lugares afectados para ofrecer una imagen de consuelo y solidaridad con las familias de las víctimas. Sin embargo, aquella tragedia enseguida se convirtió en una oportunista campaña de propaganda. Se monopolizaron las ayudas, pues una parte del dinero destinado a los afectados nunca llegaría a quienes perdieron la casa y la familia. Hubo favoritismos en el reparto de las ayudas a la vez que se aprovechó para efectuar depuraciones políticas e investigar disidentes.
 
 
Los sectores antifranquistas se percataron de ello, y fue por tal motivo que el exiliado presidente de la Generalitat Josep Tarradellas organizó desde Francia una colecta entre todos los casales catalanes que había en el exilio. Contó con el apoyo incondicional de los monjes del monasterio de Montserrat y en particular del abad Aureli Maria Escarré. Para asegurar que el dinero llegaría a su destino, el President ordenó que ni un solo céntimo de la recaudación fuera a parar a manos de la administración franquista. La estrategia consistió en enviar los 10000 dólares recaudados a través de una cuenta corriente que tenían los monjes benedictinos de Montserrat en Andorra, y desde aquí entrarían por Cataluña en maletines, se ingresarían en los bancos catalanes, y finalmente se distribuirían gracias a la ayuda de una asistenta social. El dinero llegó tarde, pasado el verano de 1963, pero igualmente la acción tuvo sobre todo un significado político con el objetivo de escapar del control del régimen franquista. La experiencia, además de honorable para ambas partes, sirvió para que Tarradellas y el abad Escarré tuviesen un primer encuentro.
 
 
Ante aquella situación, además de los dos citados personajes, es obligatorio, además de condición sine quanon citar el nombre del locutor de radio y periodista Joaquín Soler Serrano, el auténtico “héroe” de los trágicos acontecimientos. El día siguiente de la tragedia, realizó un programa especial en Radio Barcelona para tender un primer lazo de comunicación con las zonas afectadas. Vio que el micrófono tenía también una función de servicio, y por ello retransmitió a pie de la calle, justo en la entrada de la emisora. Las suscripciones a favor de los damnificados se mantuvieron activas desde el viernes 28 de septiembre hasta el domingo día 30. En tan sólo once horas ya se habían recaudado 5 millones de pesetas, y en cuatro días la cifra ascendió hasta los 26 millones de pesetas, además de todo tipo de materiales como dinero, mantas, tiendas de campaña, medicamentos y alimentos para los damnificados. Se llegaron a formar colas de hasta 10000 personas que esperaban en la puerta de la radio para hacer sus donativos. Aquello superó todas las expectativas imaginables. Su programa especial, emitido en directo a través de las 43 emisoras de la cadena SER para que llegara a toda España, le valió a Soler Serrano recibir un Premio Ondas. El 8 de diciembre siguiente, con motivo de su abnegada e inestimable labor, las autoridades municipales le otorgaron la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona. El acto de homenaje a su labor realizada, tuvo lugar en aquella ocasión en un Palacio Municipal de los Deportes lleno de público hasta la bandera. En el 2010, poco antes de morir a los 91 años de edad, fue también recibido y homenajeado por el alcalde de Terrassa.
 
 
Ha transcurrido medio siglo, y aquella tragedia es un claro ejemplo de que la historia es necesaria, pues lo sucedido debería de servir no solo para preservar la memoria de una época sino también para no volver a cometer los mismos errores del pasado en el presente. Un recuerdo a la memoria de las 815 víctimas mortales, un homenaje a un presidente, un abad y un periodista comprometidos, y un reconocimiento especial a los más de 10000 hombres y mujeres que colaboraron solidariamente para una causa justa.

4 comentarios:

Mª Trinidad Vilchez dijo...

Hola apreciado Ricard:La Riuada de Sabadell, de allí soy, aunque vivo en Barcelona hace 35 años, es algo que está en mi recuerdo, la noche trágica, estaba con mi madre y mi tía Júlia, en el cine EUTERPE, en Sabadell, viendo o tratando ver el cid campeador, de estreno y comenzó la gran tormenta y e cine se quedó a oscuras, estuvimos un rato y con linternas nos dijeron que no se podía ver la película y que nos daban las entradas para otro día y nos echaron a la calle, cuando salimos a la Rambla, ahora lo estoy viendo había más de medio metro de agua en forma de río era monstruoso y como pudieron me llevaban en brazos yo era muy pequeña, tenía 8 años y mi madre y mi tía perdieron los zapatos del barro que venía con el agua, esto que te cuento es mi vivéncia de lo que ocurrió esa trágica noche, de verdad que estás en todo, muchas gracias por recordarlo, porque cuando a la mañana siguiente pusiero la radio con Joaquín Soler Serrano, que estuvo pidiendo 4 días y se quedó sin voz desde Radio Barcelona, que entonces estaba en la calle Caspe para los damnificados hasta se quedó sin voz,y recaudó 30 millones de pesetas de los de entonces y se los quedaron los alcaldes, no dieron ni un duro a nadie, es verdad eso y a uno lo hicieron dimitir... Si álguien me lee sabe que es cierto.
Muchas Gracias y un abrazo.

Júlia dijo...

Yo matizaría lo de las ayudas, era la época que era, había mucha burocracia y hubo corrupción, sin embargo sé que algunas buenas personas accedieron a algunas ayudas, modestas, eso sí. Sobre el alcalde, fue porque se negó a que los boy scouts fuesen obligados a ponerse la camisa azul de falange. Un interesante reportaje de hace diez años: http://www.tv3.cat/videos/406549/La-memoria-del-fang

Yo creo que todavía queda mucho por investigar en el tema, como en todo lo mejor es recoger opiniones individuales y hacernos una idea.

Ricard dijo...

Muchas grácias por vuestros comentarios. Trini, se agradece tu aportación al haber sido testigo personal de un hecho terrible que jamás debería de repetirse. Nadie dudará de todo lo que dices, y aunque no estuve allí porque no todavía había nacido, sé que es cierto.
Grácias Julia por tu aportación, en especial el vídeo de TV3.
Saludos.

Mª Trinidad Vilchez dijo...

Gracias a tí Ricard, por ser tan generoso en tu blog y acordarte de todo, eso es muy importante, y mira yo siendo de Sabadell, no he publicado nada, pero yo explico mis vivéncias en los blogs amigos como el tuyo.
BFDS, y un abrazo.