lunes, 23 de julio de 2012

Moltes gràcies i a reveure, Paco!


No he tenido el privilegio de conocer en profundidad a la figura de Paco Morán, con cuya muerte Barcelona y el mundo teatral pierden a uno de los últimos artistas que formaron parte de aquella generación de actores y actrices partícipes de la edad de oro del teatro español. Me refiero a aquellos tiempos en que Televisión Española ofrecía buena programación y nuestras “vitrinas catódicas” se podían considerar aparatos de difusión cultural y entretenimiento. Aunque yo nací en 1971 y por tanto solo he sido testigo de los últimos años de esta etapa dorada, todavía recuerdo la emisión televisiva de obras teatrales nacionales e internacionales adaptadas por intérpretes de prestigio de nuestro país. Era muy pequeño, por lo que a menudo no solía terminar de ver todo el programa cuando a media tarde me sentaba ante la Philips en blanco y negro mientras mi madre me daba el potito y el yogur o bien la rebanada de pan con Nocilla y un vaso de leche. Sin embargo, algunas veces me sentí extrañamente atraído por determinadas obras teatrales y adaptaciones de novelas, aunque no las terminaba de entender por mi corta edad, pero igualmente me fascinaban porque había visto en ellas escenas que me habían llamado la atención. Ojala pudiese recordar de cuáles se trataban. Cierro los ojos y al rememorarlo recuerdo que fueron buenos tiempos de mi vida, en buena parte porque al desconocer las desgracias del mundo real podía ser más feliz. Esa es la ventaja de ser pequeño. Para tener una idea de la calidad de aquellos programas, no hace mucho tuve el placer de ver en DVD la mítica serie de cuentos de terror de Narciso Ibáñez Serrador llamada “Historias para no dormir”, donde era posible con un bajo presupuesto y cuatro decorados de cartón realizar unos capítulos a menudo obras maestras. Merece recordar que el amigo Paco Morán participó en el episodio “El regreso”, emitido el 15 de diciembre de 1967.


Con este recuerdo personal y entrañable que ha formado parte de la vida de muchas generaciones nacidas antes que un servidor y que obviamente lo vivieron con más lucidez, no hay más remedio que afirmar cómo la televisión de antaño tenía más capacidad de difusión cultural, pues la emisión de obras teatrales y de novelas suponía un excelente sistema para dar a conocer a la gente las piezas más representativas de nuestro país e incluso del mundo, a menudo desconocidas para una mayoría. Sin embargo, en la actualidad, ¿quién puede aprender y conocer sobre teatro clásico, moderno y contemporáneo al encender el televisor?
Son escasos los actores y actrices con vida de aquella generación que, como Paco Morán, tuvieron el privilegio de participar y vivir intensamente de este mundo del teatro y la novela televisada. Eran intérpretes de otro nivel que se tomaban sus papeles con gran profesionalidad con el propósito de ofrecer calidad, pero ya ha transcurrido medio siglo desde entonces y muchos de ellos ya no están entre nosotros. El paso del tiempo es imparable, y siempre recordaré a mi madre cuando solía decir que el tiempo es Dios. Quién sabe.
De origen cordobés, Francisco Morán Ruiz nació en Almodóvar del Río en 1930, municipio del que recuerdo un hermoso e imponente castillo sobre una montaña y que pude contemplar desde la ventana de un compartimento de segunda clase del mítico expreso de Andalucía cuando me dirigía a visitar Sevilla con mi madre y mi hermana. Eso fue en 1984 con motivo de la jura de bandera de mi hermano Tomás. Con solo 12 años de edad debutó por primera vez en el teatro con la obra “La muñeca de Lulú” y a los 17 años de edad ingresó en el Conservatorio de Música y Declamación de Córdoba donde cursó estudios de arte dramático. En 1954 cofundó el Teatro Español Universitario, a través del cual junto con otros compañeros representó diversas obras teatrales de referencia. Participó como locutor en Radio Córdoba hasta el año 1957, momento en que decidió trasladarse a Madrid para formar parte del cuadro de actores de Radio Nacional de España y Televisión Española. Eso fue posible gracias a su amistad y confianza con el locutor Matías Prats.


En su trayectoria televisiva participó en más de 2500 programas, a destacar 12 programas de Estudio 1 entre los años 1966 a 1981 y 36 novelas entre los años 1964 a 1973. En el ámbito cinematográfico, estuvo en el reparto de casi 40 películas. En 1967 se vino a Cataluña y se instaló en Vilassar de Mar. En Barcelona trabajó en la obra "La hora de la fantasía" para la que fue contratado por Irene Gutiérrez Caba, haciendo gira por toda España. Al terminar su contrato fundó su propia compañía teatral con la que estrenó en 1968 "El apagón". Desde entonces empezó a cosechar varios éxitos que contribuyeron a ser apreciado por el público barcelonés. Durante estos últimos años ha sido recordado por su gran amistad con el actor Joan Pera, con quién compartió escenarios en diversas ocasiones siendo su mayor éxito “La extraña pareja” de Neil Simon, que estuvo en cartel de 1994 a 1999 en el teatro Borras de Barcelona.
Hombre muy trabajador que deja atrás una larga trayectoria profesional del teatro, modesto pero con un gran sentido de la responsabilidad, sin ínfulas de superioridad pero siempre muy esforzado para estar a la altura de las circunstancias, de vida privada completamente desconocida pero abierto y receptivo en los momentos que consideraba precisos, serio y a menudo reservado pero capaz de derrochar simpatía combinada a la vez con una especial y permanente capacidad de seducción que le permitió ganarse al público en general y al catalán en particular.
Por tu labor y por tu humanidad en tu paso por este mundo, moltes gràcies i a reveure, Paco!



1 comentario:

Júlia dijo...

Toda una època de la cual quedan ya pocos, descanse en paz.

Todavía me sorprende como la tele -y anteriormente, la radio- nos dieron a conocer grandes obras de teatro y grandes novelas, consiguiendo audiencias fieles. A lo que hemos llegado.