martes, 20 de marzo de 2012

Los primeros autobuses turísticos de Barcelona


El Barcelona Bus Turístic se ha consolidado en la actualidad como el transporte de ocio y turístico más rentable de la ciudad de Barcelona. Con un total de tres líneas, cada año aumenta el número de pasajeros que ya supera los seis millones de usuarios. Los beneficios obtenidos han servido para invertir en mejoras para el transporte público barcelonés, siendo el caso más destacado la creación de servicios de proximidad o de Bus del Barri. Sin embargo, el establecimiento de autobuses turísticos en Barcelona no es una idea actual sino que ya existieron proyectos durante los años 20 del siglo pasado en miras de la celebración de la Exposición Internacional de 1929, certamen que impulsó definitivamente el turismo de masas en la capital catalana. Fue en aquel memorable año que se estrenaron dos servicios especiales de autobuses con un completo circuito desde el mar hasta el Tibidabo, que a pesar de haber tenido una vida efímera y poco éxito de público se convirtieron en los antepasados del actual Barcelona Bus Turístic. Repasemos un poco su historia.



Antecedentes. Algunos proyectos
El proyecto más antiguo que se conoce para el establecimiento de un servicio de autobuses turísticos en Barcelona está fechado el 30 de julio de 1926, cuando el señor Félix Pagès Vidal presentó un proyecto al Ayuntamiento de Barcelona. La línea, que tenia que llamarse "Visita la Ciudad" nunca llegó a ponerse en servicio por razones que se desconocen, pues la información al respecto es muy escasa, ignorándose incluso cual era el recorrido previsto y otros detalles de la oferta.
Un segundo proyecto de autobuses turísticos fue presentado el 12 de febrero de 1929 por Magí Roca Sangrà con motivo de la próxima celebración de la Exposición Internacional. Pensó en montar un servicio de tres autocares descapotables de gran lujo con butacas y calefacción que, partiendo de la plaza de Cataluña-Rivadeneyra, circularía por el paseo de Gracia, Salmerón, plaza de Lesseps, avenida de la República Argentina, carretera de Cornellá a Fogars de Tordera, carretera de Gracia a Manresa, carretera del Tibidabo a Vallvidrera, carretera de Vallvidrera a Sarriá, Capuchinos, paseo de la Reina Elisenda de Moncada, avenida de Pedralbes, avenida de Alfonso XIII, paseo de Gracia y plaza Cataluña. Se prestaría servicio incluso en invierno con un mínimo de tres salidas diarias, con horario variable en función de la época del año y de la afluencia de público. El billete seria de 5 pesetas. Pidió una concesión con carácter exclusivo para 15 años. El 19 de mayo de 1929, el Ayuntamiento de Barcelona le denegó la petición al señor Roca porque no podía otorgar la concesión con carácter exclusivo representando monopolio.
Sin embargo, una fotografía de la época de un autocar descapotable circulando por La Rabassada atestigua la existencia de este servicio turístico de autobuses, del cual no se ha encontrado información alguna. Solo se sabe que fue explotada por la empresa Transportes Sala en colaboración con la Compañía Española de Turismo.



Acuerdos entre el Patronato Municipal de Turismo y la CGA
Fracasados los anteriores intentos, el Patronato Municipal de Turismo y la Compañía General de Autobuses de Barcelona (CGA) acordaron establecer dos líneas de autobuses turísticos que prestaran servicio mientras durara el certamen de la Exposición Internacional. El acuerdo no fue complicado dado que el director general de la Exposición y accionista mayoritario de la CGA era Mariano de Foronda y López-Bravo, marqués de Foronda. El principal objetivo era organizar un servicio regular diario de visitas a Barcelona (Sightseeing tours) para los turistas que desearan obtener de manera rápida y económica una idea general de la ciudad, recorriendo sus principales avenidas, sus afueras y visitando sus monumentos más notables. Para ello, se pensó en la adquisición de nuevos autobuses con la particularidad de que fueran especialmente adecuados para esta clase de servicios, de interior mejor acabado, con asientos más confortables y dotados de calefacción. Para ello fueron adquiridos diez autocares de la firma francesa Laffly, entonces llamados "coches-salón". Los billetes se podían adquirir en las agencias de viajes, hoteles, en el mismo Patronato Municipal de Turismo (ubicado en la calle Cortes número 658), en las oficinas de la CGA (ubicadas en la ronda Universidad número 31), y también en el stand que la misma Compañía tenia montado dentro del recinto de la Exposición Internacional, concretamente en el Palacio de Comunicaciones.



La línea "Gran Circuito de Lujo"
Esta línea era la principal y la más importante que se ofrecía para turistas y visitantes de Barcelona, pues no solo circulaba por aquellos lugares propiamente de interés turístico sino que también ofrecía una visión general de toda la ciudad que incluía un acercamiento por las barriadas más populares. El precio del billete era de 12,50 pesetas. Tenía una única salida a las 9:30h de la mañana a la plaza de Cataluña esquina ronda de San Pedro. Durante el trayecto acompañaba un guía-intérprete que iba explicando los principales puntos de interés de la ciudad. El recorrido era largo y bastante completo. Partiendo de la misma plaza de Cataluña con ronda de San Pedro, seguía por la Rambla, plaza de la Puerta de la Paz, paseo de Colón, Vía Layetana, Jaime I, plaza de San Jaime, Vía Layetana, plaza de Antonio López, paseo de Isabel II, paseo Nacional, plaza del Palacio, avenida del Marqués de la Argentera, parque de la Ciudadela, paseo de los Tilos, Salón de San Juan, Arco de Triunfo, plaza Tetuán, paseo de San Juan, Mallorca (Sagrada Familia), avenida de Primo de Rivera, Arzobispo Padre Claret, avenida de Martínez Anido, paseo de Maragall, avenida de la Virgen de Montserrat, travesera de Dalt, plaza de Lesseps, avenida de la República Argentina, carretera de Cornellá a Fogars de Tordera, carretera de Gracia a Manresa, La Rabassada, carretera de Vista Rica, carretera de Vallvidrera a Tibidabo, Las Alberas, carretera de Sarriá a Vallvidrera, avenida de Vallvidrera, Mayor de Sarriá, paseo de la Reina Elisenda de Moncada, Obispo Catalá, avenida de Pedralbes, Palacio Real, avenida de Alfonso XIII, paseo de Gracia, Cortes, plaza de la Universidad, Cortes, plaza de España, Marqués del Duero, plaza de la Puerta de la Paz, la Rambla y plaza de Cataluña. Durante el trayecto, se efectuaban cinco paradas:
• en la plaza de Cataluña (origen y final)
• en la plaza de San Jaime, incluyendo visitas a la Casa Consistorial, al Palacio de la Diputación y a la Catedral (de 30 minutos)
• al casino de San Sebastián (de 10 minutos)
• en el parque de atracciones del Tibidabo y el templo del Sagrado Corazón de Jesús (de 20 minutos)
• delante de la boca de acceso al funicular de Montjuich para acceder con éste al recinto de la Exposición (de 35 minutos)



La línea "Circuito Interior"
La segunda línea tenía un recorrido más corto que la anterior que evitaba el ascenso y descenso por la sierra de Collserola y la circulación por la Rambla y la Barceloneta. El billete costaba 3,75 pesetas y solo había una única salida a las 10:00h de la mañana, en la plaza de Cataluña con la ronda de San Pedro. Partiendo de dicho punto, seguía por el paseo de Gracia, avenida de Alfonso XIII, Palacio Real, avenida de Pedralbes, Obispo Catalá, paseo de la Reina Elisenda de Moncada, paseo de San Gervasio, Craywinckel, avenida de la República Argentina, plaza de Lesseps, travesera de Dalt, avenida de la Virgen de Montserrat, paseo de Maragall, avenida de Martínez Anido, Arzobispo Padre Claret, avenida de Primo de Rivera, Mallorca (Sagrada Familia), paseo de San Juan, plaza de Tetuán, Salón de San Juan, paseo de los Tilos, parque de la Ciudadela, avenida del Marqués de la Argentera, plaza del Palacio, paseo de Isabel II, plaza de Antonio López, paseo de Colón, Marqués del Duero, plaza de España, Cortes, plaza de la Universidad, Pelayo y plaza de Cataluña.
Durante el trayecto se establecieron solo dos paradas:
• en la plaza de Cataluña con ronda de San Pedro (origen y final)
• delante de la boca de acceso al funicular de Montjuich para acceder con éste al recinto de la Exposición (de 35 minutos)



Material móvil
Con motivo de la creación de estos servicios de autobuses turísticos más siete líneas especiales que iban al recinto de la Exposición en Montjuïc, la CGA adquirió un total de diez autobuses de la firma francesa Laffly. Tenían un motor de gasolina delantero de 18CV de potencia, caja de cambios era manual de 4V+1R, frenos mecánicos y suspensión de ballestas. La carrocería, pintada de rojo con franja blanca, medía 8 metros de longitud y 2,3 metros de anchura. El interior tenía capacidad para 25 personas sentadas.




La explotación conjunta de las líneas turísticas
Los servicios de autobuses turísticos fueron estrenados coincidiendo con la inauguración oficial de la Exposición Internacional, el 19 de mayo de 1929. Era la primera vez que Barcelona disponía de líneas de estas características como una apuesta para dar a conocer la ciudad a los turistas. Sin embargo, en relación con el número de visitantes que tuvo el certamen y a pesar del importante auge y despegue que tuvo el sector del turismo, ambos servicios no tuvieron el éxito esperado. Desde la fecha de la puesta en servicio de las dos líneas hasta el final del mismo año, la línea "Circuito Interior" fue usada por tan solo 109 pasajeros, lo que supuso una recaudación de 398,50 pesetas, mientras que la línea "Gran Circuito de Lujo" la usaron 1.583 personas, generando un beneficio notablemente superior, de 18.635 pesetas.
En 1930 las dos líneas turísticas se fundieron en una sola llamada "Visita Barcelona", cuyo recorrido y oferta se desconocen por inexistencia de información al respecto, aunque probablemente era el mismo que el del “Gran Circuito de Lujo” por haber tenido éste mayor demanda. Solo se sabe que fue usada por 827 pasajeros y que obtuvo un beneficio neto de 9.523,75 pesetas. El servicio se prolongó después de la ceremonia de clausura de la Exposición Internacional, celebrada el 15 de enero de 1930, y posiblemente fue suprimido transcurrida la temporada de verano. La baja rentabilidad de la línea motivó su supresión.
Los autobuses turísticos de 1929 fueron un primer intento, fracasado, de impulsar esta clase de servicios. No seria hasta el 24 de junio de 1987 que Barcelona volvería a tener nuevamente autobuses turísticos, esta vez con un gran éxito de público que los ha consolidado fuertemente en la actualidad.


5 comentarios:

Fermin Cañizares Roca dijo...

Ricard, algún día el sector transportes de Barcelona tendrá que reconocerte en tu prolija labor de investigación. !Animo¡ Fermin Cañizares Roca

Ricard Fernández i Valentí dijo...

Muchas grácias, Fermín. Ojalá eso así sea y me contraten algún día para el futuro Museo de la Movilidad que tienen en proyecto. A ver si en alguna congregación familiar tenemos el placer de vernos de nuevo. Un abrazo. Ricard

metring dijo...

Estàs al Consell Assessor de Patrimoni Històric i Cultural de TMB? Si no és així, t'agradaria ser-hi? Pots contactar amb metring de Transport.cat

Ricard Fernández i Valentí dijo...

Hola:

M'agradaria estar tant al Consell Assessor com en un futur poder-hi treballar. Em van diar que ara mab la crisi difícilment podien agafar a ningú, malgrat que necessitaven gent i que jo donava el perfil. Algun dia el somni es farà realitat. Contactaré amb Metring de Transport.cat. Mercès

metring dijo...

Hola de nou!

En principi, al consell no es cobre, anem voluntàriament. En quan puguis contactar amb mi (M. José Luque) t'explicaré quelcom d'un sopar, Hasta aquí puedo leer aquí...