viernes, 12 de marzo de 2010

Miguel Delibes: adiós al último maestro de la literatura como arte

Ha fallecido el ilustre escritor en lengua castellana Miguel Delibes Setién, a los 89 años de edad. Con su desaparición nuestro país pierde al último gran maestro de las letras hispánicas y a uno de los más destacados de la literatura a nivel mundial. Se pierde también a un novelista que perteneció a una generación de intelectuales con un nivel cultural y una capacidad de expresión hoy día especialmente difícil de encontrar, pues la mayoría de los literatos actuales no tienen ni mucho menos el rango que Delibes llegó a adquirir. Sin lugar a dudas, escuchar sus entrevistas era un auténtico espectáculo por su maestría en el arte de saberse explicar y a la vez una lección de cómo hablar en público.
Autor de novelas sólidas, seguras, bien explicadas, bien estructuradas y bien argumentadas, a menudo usando un riquísimo vocabulario formado por un sinfín de términos desconocidos para la mayoría de ciudadanos, incluso llegándose a dar el caso de profesores en lengua y literatura castellana que terminaban por recurrir al diccionario para comprender el significado de algunos términos.
Ha sido también autor de obligada referencia para estudiantes de bachillerato y enseñanza secundaria así como universitaria especializados en filología y humanidades. Tuve el placer de leer “El camino”, “Las ratas” y “Los santos inocentes”, siendo está última la obra que más me gustó por el perfecto reflejo hiperrealista de la España rural y profunda y el inmenso repertorio de un vocabulario para mí desconocido. Cada libro suyo, por su complejidad y por la manera tan amorosa en que ha sido forjado y trabajado, constituye una auténtica obra de ingeniería aplicada a las letras.

Si bien es una lástima que Delibes, dejando atrás un total de 66 obras, se haya marchado de este mundo sin haber recibido el premio Nobel de literatura, su calidad es sin embargo equiparable a la de un Nobel y con un nivel a la altura de sus cinco compatriotas que sí tuvieron el honor de recibirlo: José Echegaray (1904), Jacinto Benavente (1922), Juan Ramón Jiménez (1956), Vicente Aleixandre (1977) y Camilo José Cela (1989). A lo largo de su vida recibió 22 galardones, ocupó la letra “E” como miembro de la Real Academia Española de la Lengua en el año 1973, y actualmente existe una Cátedra Miguel Delibes con sedes en las universidades de Nueva York y Valladolid.
Hombre noble, hospitalario e inteligente para quienes le conocieron en persona, fue también una persona sin prejuicios. Así, por ejemplo, no tuvo reparo alguno en que algunas de sus novelas fuesen traducidas al catalán, incluso se cuenta la anécdota de que llegó a pedir que le leyesen en voz alta un fragmento de una de sus obras porque quería escuchar como sonaba en dicha lengua. Por lo visto, quedó satisfecho.
Solo desear que su muerte, que no ha sido en vano por todo a lo que ha contribuido a su paso por este mundo, sirva también para reconciliarse con la lengua castellana que tan mal se emplea a nivel popular y de la que tantas obras mediocres se han escrito por parte de escritores comerciales, y para concienciarse de que absolutamente todas las lenguas de nuestro país son un excelente canal de comunicación de igual valor patrimonial cuyo debido uso contribuyen a la culturización y al enriquecimiento, siendo absurdo el desprecio de cualquiera de ellas.

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